Las FARC tendrá asegurados cinco escaños en Senado y Congreso. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia podrán además participar con todos los derechos en las elecciones generales de 2018, una vez se hayan desarmado y desmovilizado y hayan completado su vuelta a la vida civil, según lo estipulado en el acuerdo final alcanzado este 24 de agosto con el Gobierno colombiano en La Habana.
La participación política de la guerrilla era uno de los puntos clave del proceso que aún quedaba por definir. Según ha desvelado el presidente, Juan Manuel Santos, tras el anuncio de La Habana, las FARC contarán hasta 2018 con representantes políticos "con voz pero sin voto" en el Congreso con el fin de participar en la discusión sobre los acuerdos de paz. A partir de ese momento, podrán presentarse a los comicios y tendrán una "representación mínima asegurada por dos periodos", ha precisado el mandatario.
Este punto del acuerdo de paz en Colombia ha sido y es uno de lo más polémicos y criticados por lo que supone dar representantes democráticos a una banda terrorista
Para que esto sea posible, las FARC deberán haber completado con éxito el proceso de dejación de armas, además de cumplir con los requisitos exigidos por la legislación colombiana para la formación de un partido político, con la salvedad del requisito del 3 por ciento de los votos en las anteriores elecciones. Durante las elecciones de 2018 y 2022, el partido que surja de las FARC deberá conseguir los votos para asegurarse la representación mínima.
En estos dos primeros periodos, en virtud del acuerdo de paz, tendrán asegurados cinco escaños en el Congreso y otros cinco en el Senado. Si no alcanzaran dicho total, se les asignarían hasta completarlos, pero si se pasan de esa cifra, no se les asignará ninguno adicional.
Hasta que se conformen en un partido político con personalidad jurídica, las FARC contarán con tres 'voceros' en el Senado y otros tres en el Congreso. Dichos portavoces deberán ser designados por la guerrilla y no deberán estar en posesión de armas o tener una condena pendiente.
Además, para garantizar que los integrantes de la guerrilla se reincorporan a la vida civil y no vuelven a delinquir una vez culminado el proceso de desarme, está prevista la creación de un Consejo Nacional de Reincorporación, una instancia conjunta entre el Gobierno y las FARC que hará seguimiento de este proceso.