Soldados con fusiles Kaláshnikov y vehículos blindados sin distintivo bloquean este miércoles los últimos focos de resistencia militar ucraniana en la capital de Crimea, península que este martes pasó a formar parte de la Federación Rusa.
El cuartel del Ejército de Tierra de Ucrania en Simferópol, la capital crimea, está acordonado por un destacamento de hombres encapuchados y dos blindados, según informa Efe. "¿Qué importancia tiene de dónde somos? Garantizamos la seguridad", respondió uno de los militares, que vigilaba la entrada a la base junto a cuatro efectivos desarmados de las milicias de autodefensa crimea.
Mientras, la población crimea, incluidas parejas con niños y ancianos, camina por la acera frente al cuartel sin apenas dar importancia a la presencia de los soldados, aunque algunos se acercan para expresarles su agradecimiento. En el edificio aún ondea la bandera ucraniana, eso sí a media asta, quizás en memoria del soldado ucraniano que murió este martes durante un tiroteo en la unidad de topografía y cartografía militar en Simferópol.
Esa unidad está ya bajo control de las fuerzas prorrusas, al igual que otro edificio de la guardia fronteriza, en el que se encontraban apostados este miércoles varios francotiradores y adonde llegaron también dos camiones rusos militares Kamaz.
Las milicias de autodefensa han comenzado a tomar el control sobre las últimas unidades militares donde se encuentran bloqueados soldados leales a Kiev después de que se confirmara la incorporación de Crimea a la Federación Rusa. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió este martes a los soldados ucranianos de que tienen dos opciones: jurar lealtad a su nueva patria, Rusia, o abandonar la península de Crimea.
Los soldados encapuchados, supuestamente pertenecientes a la Flota rusa del mar Negro, habían desaparecido de las calles de Simferópol tras la convocatoria del referéndum separatista, pero regresaron tras la victoria de la adhesión a Rusia en la votación celebrada el domingo.