Al menos 256 manifestantes han sido arrestados este sábado durante una nueva jornada de protesta de los 'chalecos amarillos' para reivindicar cambios en el sistema político de Francia. Las fuerzas de seguridad han empleado gas lacrimógeno contra los manifestantes, que han incendiado mobiliario urbano para dificultar el paso de los vehículos en el noroeste de París.
La Fiscalía de París ha informado de que 147 de los arrestados continúan detenidos y de 90 sanciones impuestas. La Policía ha desplegado un amplio dispositivo de seguridad en la zona de los Campos Elíseos y ha publicado fotografías en redes sociales de cuchillos, un piolet, máscaras y un arco incautados durante los enfrentamientos.
Además, se ha prohibido cualquier reunión de personas vinculadas al movimiento de los 'chalecos amarillos' en varios barrios de la capital, principalmente en el centro. Al menos dos de las marchas convocadas no se han podido realizar por el veto de las autoridades.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha publicado en Twitter su "apoyo a la policía frente al desafío de los violentos y alborotadores (...). El orden republicano se ha impuesto", ha remachado.
También se había convocado una manifestación en Toulouse, prohibida por las autoridades por prevención ante el riesgo de contagio de coronavirus. En otros puntos del país se han producido manifestaciones.
Mélenchon felicita a los manifestantes
El líder opositor de izquierda Jean-Luc Mélenchon ha felicitado a los 'chalecos amarillos' por la movilización. "Bravo por los insumisos presentes en la manifestación de los 'chalecos amarillos'", ha publicado Mélenchon en Twitter en un mensaje en el que ha apelado a la calma.
"Reforcemos el rechazo de la violencia porque el prefecto (de la Policía de París, Didier) Lallament está esperando que haya incidentes para lanzar la maquinaria de noquear y encarcelar. Que se absolutamente pacífica", ha apuntado.
El movimiento de los 'chalecos amarillos' surgió a finales de 2018 a raíz de las protestas contra los planes del Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, para aumentar los precios del combustible, si bien posteriormente evolucionaron hacia un movimiento más amplio de rechazo a las políticas del mandatario.
En respuesta, Macron anunció un paquete de medidas con un coste de más de 10.000 millones de euros con el objetivo de cumplir algunas de las demandas de los 'chalecos amarillos', como aumentar el salario mínimo y reducir los impuestos a los pensionistas.
Las manifestaciones de este sábado son el primer intento serio de retomar las protestas semanales tras el parón provocado por el verano y la pandemia del coronavirus.