En Cuba están viviendo un déjà vu. Un nuevo gran apagón azota la isla desde el pasado viernes en mitad del huracán 'Oscar', que ya ha dejado al menos seis muertos. Se repite la misma historia que en septiembre de 2022, cuando el huracán Ian también puso en jaque el precario sistema eléctrico cubano que se enciende y apaga sin conseguir, de momento, que el abastecimiento vuelva al 100% del territorio.
Por su parte, el Gobierno resta importancia al estado de su sistema mientras asegura que "se ha ganado en fortaleza" tras los apagones y anuncian que más de dos tercios del país ya están conectados al sistema eléctrico. Sin embargo, la sensación en la calle es desalentadora. "La población ya no puede más, la verdad", cuenta a EFE Patricia, cubana de 52 años, que sigue sin luz en su casa.
Los ciudadanos viven sin poder encender las luces de sus viviendas, pero también sin poder conservar los alimentos frescos en las neveras o congeladores. Pedro, un vendedor callejero de frutas y verduras de 74 años, explica que "ahora, el que puede permitírselo compra producto fresco para el día". Además, la sensación de incertidumbre crece cuando la luz vuelve y se va de nuevo cada pocas horas. "Yo no veo mejoría. La ponen dos horas y luego la quitan (la luz). La vida está dura", dice.
Cuba vive permanentemente en la fragilidad de su sistema eléctrico. Uno de los principales motivos del apagón fue el colapso de la mayor central eléctrica de Cuba, Antonio Guiteras, que entró en funcionamiento en 1988. La falta de inversión es notable, arrastrando una precariedad que debilita extremadamente el sistema en situaciones de estrés, como un huracán.
La carencia de combustibles -fruto de la falta de divisas para importarlos- y las frecuentes averías en sus obsoletas centrales termoeléctricas son dos motivos de peso para explicar los apagones. Cuba produce crudo, pero no lo suficiente como para abastecer a toda la isla, por lo que depende de países amigos como Venezuela y México. Este último ha ofrecido su disposición para brindar apoyo técnico a Cuba, y precisamente las alianzas internacionales son claves para el país. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, participará en la cumbre de los BRICS que arrancó el martes en Kazán (Rusia), donde aspira a entrar en calidad de socio.
En los días previos al apagón total se habían registrado tasas máximas de afectación superiores al 50%, lo que significa que, en el momento de mayor demanda la mitad de los bombillos no encendían. Los frecuentes apagones dañan la economía cubana -que en 2023 se contrajo un 1,9 % y sigue por debajo de los niveles de 2019- y azuzan el descontento social en una sociedad afectada por una crisis económica agravada en los últimos años.
Cuba culpa a EEUU
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha atribuido el apagón al bloqueo "recrudecido" de Estados Unidos sobre la isla. "La emergencia energética tiene que ver mucho con que con el bloqueo recrudecido y toda la guerra económica que realiza contra nuestro país el Gobierno de Estados Unidos", ha afirmado.
El líder cubano ha explicado que "no hemos dispuesto de los suministros estables de combustible para que el sistema pueda operar en toda su capacidad y con toda su estabilidad", lo que "provocó" el apagón del pasado viernes, que implicó una "desconexión total" del sistema. En las últimas semanas, varios petroleros no han podido atracar en la isla y suministrar el petróleo debido a las condiciones meteorológicas.
Desde el apagón, los especialistas trabajan para restablecer el suministro, "pero realmente es una situación complicada", "una situación totalmente retadora desde el punto de vista tecnológico", ha reconocido Díaz-Canel. Mientras, "el país sigue haciendo gestiones para lograr suministros de combustible" y para conseguir piezas de repuesto para recuperar la producción eléctrica, "que está muy afectada".
Para evitar la gran dependencia de Cuba del petróleo, el pasado marzo las autoridades del país anunciaron un plan para apostar por la energía solar. El plan es instalar 92 parques fotovoltaicos de aquí a 2028 para fortalecer el sistema y caminar hacia un futuro en el que las renovables sean gran parte de la producción de electricidad en el país. Ahora, depende principalmente del gas, el diésel y el fuelóleo.
En cualquier caso, la solución a estos problemas es a largo plazo, y los cubanos lo saben. "Yo veo que es muy difícil que pueda haber una solución rápida. La situación que tiene el país es crítica. Pero creo que el problema más grande ahora es la lucha diaria por la supervivencia alimenticia. Todo está caro", dice Germán, de 69 años, que vive en un albergue improvisado en un colegio.