Junto al lanzamiento de misiles, el avance de los tanques y los disparos de mortero, la primera arma utilizada en cualquier conflicto bélico es la propaganda. Tanto Rusia como Ucrania llevan años acusándose mutuamente de crímenes contra la humanidad y después de la invasión la maquinaria propagandística se ha puesto a pleno rendimiento.
Rusia, agresora indiscutible del conflicto, comenzó el ataque contra su vecino después de un discurso en el que el presidente Vladimir Putin aseguraba lanzar la operación para proteger a las personas que están sufriendo «genocidio» por parte del gobierno ucraniano desde el año 2014, «desnazificar» a Ucrania. "Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de intimidación y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años. Y para ello lucharemos por la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, así como por llevar ante la justicia a quienes cometieron numerosos y sangrientos crímenes contra civiles, incluidos ciudadanos de la Federación Rusa", señaló el líder ruso.
Además, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se negó este viernes a reconocer al Gobierno ucraniano como democrático al defender la operación militar iniciada la víspera por Moscú en Ucrania. "No vemos la posibilidad de reconocer como democrático un Gobierno que oprime y utiliza métodos genocidas contra su propio pueblo", afirmó en rueda de prensa junto al viceministro de Exteriores de la autoproclamada república popular de Donetsk, Serguéi Peresada.
La respuesta del gobierno ucraniano y de muchos manifestantes a lo largo del mundo ha sido comparar al autócrata ruso con el dictador Adolf Hitler. El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, comparó este jueves el ataque ruso con misiles de esta madrugada contra Kiev con los bombardeos nazis de 1941. "Terribles ataques con misiles contra Kiev. La última vez que nuestra capital sufrió algo similar fue en 1941, cuando fue atacada por la Alemania nazi", escribió en Twitter el jefe la diplomacia ucraniana.
Creación de héroes
Un incidente ocurrido en un islote del Mar Negro, custodiado por un pequeño destacamento ucraniano que se enfrentó a un buque de la Marina rusa, se ha convertido en un acto de heroicidad para el Gobierno de Ucrania, que ha destacado el arrojo de los soldados, que murieron en el incidente. Según reproducen varios medios, un soldado ucraniano desplazado al islote del Mar Negro, conocido como isla de la Serpiente, no pudo contenerse y se enfrentó al buque de guerra ruso que amenazaba con bombardear el destacamento.
El incidente se produjo el jueves mientras las tropas rusas lanzaban su asalto a territorio ucraniano desde varios flancos, por tierra, mar y aire. Según el audio del intercambio por radio, divulgado por el medio ucraniano Ukrayinska Pravda (La Verdad de Ucrania), cuando los rusos se acercaban al islote, el oficial ruso dice: "Este es un buque de guerra militar. Este es un buque de guerra militar ruso. Le sugiero que depongan sus armas y se rindan para evitar derramamiento de sangre y bajas innecesarias. De lo contrario, será bombardeado".
Tras oír la advertencia, un soldado del destacamento ucraniano de la Isla de la Serpiente, también conocida como Isla Zmiinyi, responde: "Buque de guerra ruso, vete a la mierda". Y esas fueron las últimas palabras conocidas que se escucharon desde la isla. Los trece soldados ucranianos destacados en la isla murieron el jueves en el bombardeo ruso, según confirmó el propio presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, según relatan los medios.
Lucha de narrativas, protagonista mundial
De forma mayoritaria, la opinión pública de los países occidentales se ha posicionado en contra del acto de agresión perpetrado por Rusia. Miles de manifestantes a lo largo del mundo se concentraron frente a las embajadas rusas de sus respectivas ciudades para denunciar la invasión rusa de Ucrania.
Una clara excepción fue China, importante socio comercial de Rusia. Mientras Pekín informa a cuentagotas y con cierta ambigüedad sobre su postura respecto al conflicto en Ucrania, las cuentas oficiales rusas y ucranianas compiten en las redes sociales chinas en la batalla por ganarse a la opinión pública del país asiático, dividida pese a la afinidad entre China y Rusia.
La red está siendo uno de los recursos de los chinos para informarse de la crisis dada la poca cobertura que se le da en los medios estatales como la agencia Xinhua o el Diario del Pueblo, cuyas principales noticias de portada versan sobre los últimos discursos del presidente, Xi Jinping. El 22 de febrero, el medio pequinés Horizon News publicó en la red social Weibo, equivalente a Twitter, un mensaje en el que daba a conocer supuestas directrices a seguir para informar del conflicto en Ucrania: "Evitar las noticias desfavorables a Rusia y favorables a Occidente". Esta pauta se asemeja a la postura oficial de China, que no ha condenado las acciones rusas limitándose a pedir "una solución pacífica".