En 1994 Lamar Johnson fue declarado culpable del asesinato de Marcus Boyd, 28 años después se ha demostrado su inocencia. La policía y los fiscales defendieron en la época que el crimen respondía a un ajuste de cuentas por drogas.
Johnson siempre defendió su inocencia y testificó que en el momento de asesinato él se encontraba a kilómetros del lugar de crimen acompañado por su novia, Erika Barrow, pero finalmente entró en prisión. Casi tres décadas en la cárcel ha sido el tiempo que este estadounidense ha pasado entre rejas, hasta que el pasado agosto la fiscal de St. Louis, Kim Gardner, solicitó su puesta en libertad.
La magistrada aseguró que tras una investigación llevada a cabo por su oficina en colaboración del Proyecto Inocencia, la pruebas demostraron su inocencia. "Hoy los tribunales corrigieron un error: anular la sentencia del Sr. Lamar Johnson, después de su condena injusta. Lo más importante es que celebramos con el Sr. Johnson y su familia que sale de la sala del tribunal como un hombre libre", dijo Gardner en un comunicado después de la audiencia.
El caso dio un giro cuando James Howard, de 46 años, confesó ser el autor del crimen. Actualmente, Howard cumple cadena perpetua por asesinato y varios delitos posteriores a la muerte de Boyd. Según su declaración, la víctima debía dinero a uno de sus amigos, le robaron, le disparó y el segundo sospechoso, Phil Campbell, le propinó un segundo disparo en el costado.