Un informe redactado por una comisión oficial de Estados Unidos compara la situación que atraviesa su país tras la intervención en Afganistán con las experiencias vividas en Vietnam. Escenarios que supusieron un grave desgaste entre sus filas, amén de las consecuencias sociales y económicas, y que se abandonan sin lograr los objetivos prioritarios. El documento discurre a lo largo de 140 páginas por los 20 años de intervención militar en suelo afgano y examina las acciones llevadas a cabo por las sucesivas administraciones que han ocupado la Casa Blanca para alcanzar una reflexión: "El Gobierno de Estados Unidos tiene muchas lecciones que debe aprender".
La Oficina del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán [SIGAR, por sus siglas en inglés] edita el informe de 140 páginas, que lleva por título Lo que necesitamos aprender: lecciones de veinte años de reconstrucción de Afganistán. Dicha oficina fue constituida por el propio Congreso de los Estados Unidos para evaluar de forma independiente el transcurso de la misión en territorio afgano, donde han perdido la vida casi 2.500 militares de su país.
"La lista acumulada de desafíos sistémicos que el SIGAR y otros órganos de supervisión han identificado es asombrosa", sostiene el informe, que inmediatamente compara lo que se ha vivido en Afganistán con Vietnam, paradigma de las misiones fallidas a las que se ha enfrentado Estados Unidos. Para basar esa información, el documento recoge unas declaraciones del ex asesor de seguridad nacional Stephen Hadley: "No tenemos un modelo de estabilización posconflicto que funcione. [...] No creo que si tuviéramos que hacerlo de nuevo lo hiciéramos mejor".
El documento se basa en los 13 años en los que el SIGAR ha supervisado la misión estadounidense en Afganistán, con un acumulado de diez informes previos y 760 entrevistas hechas a legisladores actuales y anteriores, embajadores, generales, oficiales militares, expertos en desarrollo y otros profesionales. Como conclusión admite que la precipitada marcha de Afganistán -como ocurrió en Vietnam- pone en riesgo evidente cualquier atisbo de avance logrado tras 20 años de intervención.
145.000 millones de dólares en Afganistán
La recomendación del SIGAR a la administración de Joe Biden se centra en mantener "capacidades" y "prepararse para misiones de reconstrucción en países afectados por conflictos". Las reminiscencias de la guerra de Afganistán no debe conducir a un escenario similar al post-Vietnam, cuando se redujeron algunas estructuras destinadas a las misiones militares en el exterior.
Reminiscencias que son difíciles de digerir. Además del citado coste en vidas humanas para sus tropas, Estados Unidos ha invertido 145.000 millones de dólares en la "reconstrucción de Afganistán". Un precio muy alto -unido al de Irak- que ha llevado al Gobierno de Estados Unidos a renunciar, al menos de forma temporal, a "misiones a gran escala" en un futuro inmediato, en unas declaraciones que el informe atribuye a un órgano del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Recomendaciones a la administración
"Al igual que después de Vietnam, hoy los políticos estadounidenses y el público al que sirven pueden tener buenas razones para evitar otro conflicto prolongado y una misión de reconstrucción. Sin embargo, eso no significa que tal esfuerzo se pueda evitar en el futuro", asevera el SIGAR en su informe. "Probablemente habrá momentos en el futuro en que el control o la influencia insurgente sobre un área o población en particular se considere una amenaza inminente para los intereses de Estados Unidos. Si el Gobierno no se prepara para esa posibilidad, una vez más puede intentar desarrollar el conocimiento y la capacidad necesarios sobre la marcha", señala.
Por eso el SIGAR insta a las agencias estadounidenses a "continuar explorando" cómo asegurar sus capacidades de planificación estratégica, la doctrina de reconstrucción, las políticas, las mejores prácticas, los procedimientos operativos estándar, el conocimiento institucional y las estructuras de personal necesarias "para las misiones de reconstrucción grandes y pequeñas".
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afronta una crisis interna derivada de la precipitada evacuación de Afganistán. "No puedo prometer cuál será el desenlace", admitió este viernes ante las preguntas de los periodistas en comparecencia pública. Hasta el momento, las fuerzas norteamericanas han evacuado a 13.000 personas de Kabul, una de las evacuaciones "más difíciles de la historia" a juicio del propio Biden.