El Gobierno irlandés anunció este martes que el confinamiento decretado el pasado 6 de enero se prolongará hasta, al menos, el próximo 5 de marzo, al tiempo que introducirá cuarentenas obligatorias a ciertos viajeros para frenar el avance de las nuevas cepas del coronavirus.
"No podemos darle al virus y a sus variantes margen de maniobra alguno. Debemos reducir el número de contagiados y de aquellos que necesitan hospitalización y cuidados intensivos", subrayó el primer ministro, Micheál Martin.
El dirigente irlandés aseguró que las restricciones contempladas en el nivel 5 del plan contra la covid-19, el más alto, están teniendo un "impacto positivo para reducir los casos", pero insistió en que no se "puede bajar la guardia".
Las autoridades sanitarias han confirmado que la mayoría de los contagios en este país ya están provocados por la llamada variante británica, mientras que existe también el riesgo de que se extiendan otras cepas tan contagiosas, como la sudafricana o la brasileña.
Cuarentenas obligatorias
Por ello, el Ejecutivo de Dublín tiene previsto concretar en los próximos días instrumentos legales para imponer cuarentenas obligatorias a todos los viajeros que lleguen a Irlanda desde Brasil y Sudáfrica, así como a aquellos procedentes de cualquier otro país que no presenten un test de covid negativo.
A este respecto, el viceprimer ministro, Leo Varadkar, adelantó que "algunos viajeros" pasarán los 14 días de aislamiento obligatorio en sus casas, mientras que "otros lo harán en hoteles" próximos a los aeropuertos, a los que deberán abonar el coste de la estancia.
Asimismo, la Policía y otras autoridades reforzarán los controles para asegurar que los ciudadanos que viajen al extranjero lo hacen por "motivos absolutamente esenciales", pues, de lo contrario, se exponen a multas de hasta 500 euros, advirtió Varadkar.
"Resultaría desproporcionado que a los que se saltan el límite de cinco kilómetros para hacer deporte se les multe con la misma cantidad (100 euros) que a los que se van de vacaciones a esquiar", declaró el viceprimer ministro.
Las últimas cifras indicaron este martes que se registraron siete nuevos fallecimientos en las 24 horas anteriores, lo que dejó el número de muertes en 2.977, al tiempo que se detectaron 1.372 nuevos contagios, hasta un total de 188.923.
Al final del segundo confinamiento el pasado 2 de diciembre, Irlanda llegó a reducir el número de contagios diario por debajo de los 200, pero el factor navideño volvió a disparar los casos, hasta alcanzar un pico histórico de más de 8.000 el pasado 8 de enero y una incidencia de casi 1.500 casos por cada 100.000 habitantes, entre las más altas de Europa.