El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, ha decretado este viernes el confinamiento total durante dos semanas como medida para frenar la expansión del coronavirus, que ya ha dejado más de 20 muertos y más de 2.100 afectados en el país. "Con efecto desde esta medianoche y durante dos semanas, hasta el domingo de Pascua, todo el mundo debe estar en sus hogares", ha indicado Varadkar, según ha trasladado el diario local The Irish Times.
Las excepciones a la norma las constituyen las personas que trabajan en servicios "esenciales", que estarán autorizados para salir por trabajo, y aquellos que necesiten comprar comida o realizar ejercicio, pero no pueden alejarse más de dos kilómetros de sus domicilios.
Asimismo, Varadkar, que ha reconocido que estas medidas son "radicales", ha especificado que también se puede salir de casa por razones médicas, como acudir a un centro sanitario o a la farmacia, y para proporcionar cuidados a personas vulnerables, ancianos o niños.
Por otra parte, todas las reuniones privadas y públicas formadas por cualquier número de personas fuera de un único hogar han quedado prohibidas y se clausurarán todas las tiendas y servicios que no sean esenciales, al igual que los centros educativos y los centros comunitarios.
Además, todas las cirugías que no sean vitales, los procedimientos médicos y otros servicios de salud fundamentales quedarán pospuestos. Las visitas a los hospitales, otro tipo de centros de atención médica residencial y a las cárceles también deben detenerse, salvo excepciones "por motivos de compasión".
La pandemia del coronavirus, que se originó en la ciudad china de Wuhan, ha dejado hasta el momento más de 593.000 afectados en todo el mundo, mientras que la cifra de muertes casi alcanza las 27.000.