La Cámara de los Lores (Alta) asestó este lunes un revés político al primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, al retirar de la polémica ley de Mercado Interno las cláusulas diseñadas para romper de manera unilateral el acuerdo con la Unión Europea (UE) sobre la frontera en Irlanda.
Johnson puede reintroducir esas disposiciones cuando el texto regrese a la Cámara de los Comunes (Baja), previsiblemente a principios de diciembre, si bien se enfrentará a un posible conflicto diplomático tanto con Bruselas como con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden.
Por 433 votos frente a 165, la eliminación de las cláusulas se impuso con holgura en una cámara en la que el Gobierno conservador no cuenta con mayoría.
La UE ha iniciado un proceso legal contra la ley de Mercado Interno, que a sus ojos pone en jaque el tratado de paz en el Úlster de 1998. Ese acuerdo exige que no exista una frontera entre la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte.
Con su versión de la ley de Mercado Interno, Johnson quiere reservarse la capacidad de romper el mecanismo pactado con Bruselas, que estipula que los controles aduaneros tras el Brexit se llevarán a cabo cuando las mercancías crucen entre Irlanda del Norte y la isla de Gran Bretaña, pero no entre las dos Irlandas.
El portavoz oficial de Johnson recalcó que las controvertidas cláusulas de la ley de Mercado Interno son una "red de seguridad" para el Reino Unido
El recién elegido presidente de Estados Unidos, que en numerosas ocasiones ha hablado sobre sus raíces irlandesas, alertó ya en septiembre, cuando aún era solo candidato, de que el Acuerdo de Viernes Santo que puso fin al conflicto norirlandés no puede "convertirse en una víctima del Brexit".
El portavoz oficial de Johnson recalcó que las controvertidas cláusulas de la ley de Mercado Interno son una "red de seguridad" para el Reino Unido, sugiriendo que el Gobierno espera hacer valer su mayoría absoluta en los Comunes para volverlas a introducir en la legislación.
Biden altera el equilibrio del Brexit
La victoria del candidato demócrata en las elecciones de Estados Unidos hace perder a Johnson uno de sus aliados más cercanos, el republicano Donald Trump, que se ha mostrado en los últimos años como un ferviente partidario del Brexit.
Trump celebró como una "gran victoria" el resultado del referéndum de 2016 en el que los británicos decidieron abandonar la UE, y su equipo aseguró que el Reino Unido estaría "el primero en la cola" para firmar un nuevo acuerdo comercial con Washington.
Con Biden, la posibilidad de un tratado comercial trasatlántico queda condicionada a que se mantenga una aduana sin fricciones entre las dos Irlandas
Con Biden, sin embargo, la posibilidad de un tratado comercial trasatlántico queda condicionada a que se mantenga una aduana sin fricciones entre las dos Irlandas, uno de los principales caballos de batalla entre Londres y Bruselas.
El ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, aseguró que las negociaciones del Brexit pueden dar un giro con la elección del demócrata, a quien definió como un "verdadero amigo de Irlanda".
Los Lores respaldan la legalidad internacional
Varios Lores conservadores se pronunciaron durante del debate en contra de los planes de su propio primer ministro, al considerar que la ley del Mercado Interno aprobada por los Comunes puede violar la legalidad internacional.
Michael Howard, líder de los 'tories' entre 2003 y 2006, lamentó que la "recién ganada soberanía" del Reino Unido con su salida de la UE sirva al Ejecutivo para "romper su palabra, violar la legalidad internacional y renegar de un tratado firmado hace apenas un año".
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, uno de los representantes de la Iglesia anglicana en la cámara alta, pidió por su parte al Gobierno que no trate de recuperar las cláusulas eliminadas en los Lores, sino que redacte otras que garanticen "el cumplimiento de la ley, la paz y el equilibrio de poderes".
Continúa la negociación
El negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier, vuelve a estar en Londres para proseguir esta semana con el diálogo sobre la futura relación entre ambos lados del canal de la Mancha.
A pesar de que ambos equipos han mantenido intensos contactos desde finales de octubre para tratar de desencallar la negociación, se mantiene el bloqueo en los dos ámbitos más problemáticos: el futuro acceso europeo a las aguas pesqueras británicas y el régimen de ayudas estatales a empresas que aplicará Londres tras el Brexit.
El Reino Unido dejará de estar ligado a las estructuras comunitarias el próximo 31 de diciembre
El diálogo se lleva a cabo contra reloj, dado que el Reino Unido dejará de estar ligado a las estructuras comunitarias el próximo 31 de diciembre.
Si para entonces no se ha firmado y ratificado un acuerdo, los intercambios comerciales con la UE pasarán a regirse por las normas genéricas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), con la consiguiente imposición de cuotas y aranceles.
Barnier subrayó en un mensaje en Twitter que cualquier tratado debe incorporar mecanismos efectivos para "garantizar el cumplimiento" de lo acordado, así como respetar "la autonomía de la UE y la soberanía del Reino Unido".