El ejército de Putin en la sombra desaparece. Tras el anuncio de que la disolución del grupo Wagner está programada para el próximo 1 de julio, el presidente ruso 'invitó' a Prigozhin y los suyos a incorporarse a las filas de las fuerzas armadas rusas, irse a Bielorrusia o volver juntos a sus familias poniendo, así, fin a la intervención de la organización paramilitar privada en suelo ucraniano. A simple vista, el principal cliente de los mercenarios de Wagner, Vladimir Putin, les da la espalda o -al menos-´busca retenerlos bajo su influencia directa y evitar que la estampa de columnas militares a 200 kilómetros de Moscú vuelva a repetirse.
El Grupo Wagner ha consolidado la influencia política, militar y económica de Rusia, estableciendo contratos de seguridad y asistencia militar en países de África y Latinoamérica. Su salida de estas zonas pondría en riesgo la posición geopolítica de Moscú y sus intereses comerciales en establecimientos estratégicos como Malí, República Centroafricana o Sudán.
La desaparición del brazo ejecutor de muchas de las victorias comerciales conseguidas por empresas rusas supondría una amenaza para los intereses económicos de los hombres de poder que orbitan alrededor del presidente ruso. "En Rusia existen más compañías privadas como Wagner, en su mayoría, creadas o que operan bajo el mandato de oligarcas, vinculados permanentemente a Putin", pero tal y como apunta el periodista y experto en seguridad y terrorismo, Chema Gil, no disponen del imperio militar y económico del que disfruta la organización dirigida por Prigozhin. "El Grupo Wagner es único, no hay un grupo privado en Rusia que pueda compararse con el poder, la influencia y el peso económico que tiene Wagner. En cada país que intervienen, lo hacen con una fortaleza económica notable... Aunque es cierto que en Ucrania han utilizado a reclusos como carne de cañón en la guerra, ellos no han dejado de comprar los servicios de militares rusos, que tenor del sueldo marcado por Wagner han abandonado las filas dirigidas por Shoigu", comenta Gil a Vozpópuli.
El anuncio de Serguei Lavrov, ministro de Exteriores, sobre que el grupo militar privado seguirá operando en República Centroafricana y Malí, confirmaba que a pesar de que Wagner se ha convertido en un problema para el equipo de mando militar en Ucrania, sigue siendo necesario para salvaguardar los intereses de la nación en el extranjero.
Chema Gil sostiene que Wagner no se disolverá el próximo mes y que "las declaraciones del ministro Lavrov sobre su presencia en países de África vienen a reforzar que, en definitiva, se trata de la creación por parte del propio Estado de un ejército sin insignias" que ofrece a Rusia la oportunidad de cometer ilegalidades sin reconocer una implicación directa. "¿Quién va a sustituir a Wagner? La propia Wagner", añade. Tal vez bajo otro nombre, pero la organización liderada por el conocido como el 'chef de Putin' se transformará en un nuevo aparato militar privado o paraestatal que seguirá operando en defensa de los intereses del Kremlin.
El ejército privado de Gazprom y otros grupos privados
No obstante, existen más grupos privados que actúan a modo de pequeños ejércitos o empresas de seguridad para compañías o instituciones de origen ruso. A principio de año, salió a la luz una operación -autorizada por el primer ministro, Mijaíl Mishustin- por la que la empresa más importante de Rusia, el gigante energético Gazprom, adquiría su propio grupo militar privado. Los expertos apuntan que Staf-tsentr, con sede en Omsk, proporciona servicios de protección en refinerías de Gazprom en el Ártico con una parte de sus activos completamente militarizada. La presencia de este tipo de fuerzas militares fuera de territorio ruso responden en primera instancia a una necesidad comercial, pero en realidad se trata de un movimiento estratégico que apuntala el poder internacional de grandes compañías como Gazprom.
En total, se calcula que existen alrededor de 30 empresas de estas características que trabajan, fuera y dentro de la legalidad, para custodiar los intereses de oligarcas rusos; al menos once de ellas intervienen en Ucrania. Entre las más conocidas se encuentra Patriot, un grupo armado vinculado al ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, detectado en varios combates en la región Donetsk.
Kadírov y la fuerza militar chechena
Fuera del eje de las empresas de seguridad privadas, el mando militar ruso se sirve -también- de fuerzas de Estado como el ejército checheno o de armas y posiciones cedidas por su aliado en Bielorrusia. Ante la progresiva pérdida de posiciones de Wagner en Bajmut por la falta de proviones, las tropas del líder checheno, Ramzán Kadírov, apareció en escena como posible alternativa a la retirada de las fuerzas de Prigozhin. Kadírov se ofreció a sustituir a los mercenarios de Wagner en una de las batallas más sangrientas de la Guerra de Ucrania. "Si se va el hermano mayor Prigozhin y Wagner, entonces el Estado Mayor pierde una unidad experimentada, pero en su lugar vendrá el hermano menor Kadírov y (la unidad especial) Ajmat", comentó el político en su canal de Telegram.
La vuelta de las fuerzas de Kadírov a las operaciones ofensivas supone un cambio de estrategia en la invasión de Ucrania, ya que hasta la fecha, los equipos militares liderados por el jefe de la República de Chechenia solo habían operado en gran parte en la retaguardia del conflicto tras su participación en Mariupol o Sievierodonetsk.
Sin embargo, las tropas chechenas no se encuentran bajo el mando directo de una empresa privada, sino que actúan como punta de lanza del poder político de Kadírov, sometido a su vez a los órdenes del presidente ruso. En esta misma línea, Chema Gil defiende que -teniendo en cuenta que históricamente los chechenos han sufrido abusos durante décadas por parte de Rusia- los kadirovitas no cuentan con el apoyo del Kremlin como sustitutos de Wagner: "Si Prigozhin ha sido un traidor inesperado (ya que una vez más ha fallado la inteligencia rusa), desde Moscú se fian de los chechenos lo mismo que de una serpiente de cascabel", detalla.
En este último año, varias investigaciones han relacionado a miembros del Grupo Wagner con las atrocidades cometidas en Bucha y otras ciudades ucranianas. Tácticas de guerra populares entre los mercenarios de organizaciones paramilitares que operan como peones de los intereses comerciales y, en ocasiones, políticos de las grandes potencias, que han consolidado la influencia de Wagner en zonas de gran interés geopolítico y cuya ejecución sigue haciendo necesaria la existencia de este grupo militar privado.
Tamuda
Las películas que cuentan estas criaturas periodísticas sobre Rusia, con esa forma de comic, son inexplicables. Es como un mundo raro, exótico, lleno de oligarcas, personajes siniestros, planes oscuros, conspiraciones,.... que nada tiene que ver con la realidad. Pero no paran, se ve que les excita la imaginación o la propaganda les ha trastornado el entendimiento.