La canciller alemana, Angela Merkel, aboga por prolongar hasta principios de marzo las restricciones actuales por la covid-19, que implican el cierre de la vida pública, aunque plantea un regreso gradual a la actividad escolar presencial.
Según informaciones coincidentes de la televisión pública ARD y el semanario Der Spiegel, ésta es la propuesta que la líder alemana planteará mañana en una nueva reunión con los líderes regionales, de los que depende la implementación de estas medidas.
Supondrá, de imponerse, una nueva prórroga de las restricciones vigentes, ante el temor a la propagación de las nuevas variantes de la covid-19 detectadas ya en Alemania. Desde noviembre está cerrada la restauración, el ocio y el conjunto de la vida cultural; a este cierre se sumó en diciembre el del comercio no esencial y de la actividad escolar presencial.
Inicialmente estas medidas iban a mantenerse hasta principios de enero, pero en sucesivas reuniones de Merkel con los líderes regionales se optó por prorrogarlas y seguirán vigente, por lo menos, hasta el 14 de febrero.
La mayoría de los 16 Länder -estados federados- respaldan esta nueva prórroga, coinciden los mencionados medios. Sin embargo, hay presiones desde las propias filas conservadoras de Merkel para que se dé una perspectiva clara para la reapertura de los ámbitos afectados, especialmente en lo que concierne a la actividad escolar regular y las guarderías -en estos meses solo hay servicios mínimos para los hijos de quienes no pueden recurrir al teletrabajo-.
Incidencia continuada a la baja
Las anteriores prórrogas, pactadas entre finales de diciembre y principios de enero, se consensuaron coincidiendo con picos de contagios y víctimas mortales. Desde hace quince días, en cambio, se observa un descenso continuado de nuevos casos. La mayoría de los expertos alerta, sin embargo, de que ésta es una situación engañosa, a causa de las mutaciones.
La incidencia acumulada en siete días ha caído este martes por primera vez en tres meses por debajo de los 75 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes, hasta situarse en los 72,8, según datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología.
El pico de la incidencia semanal a escala de todo el país se dio el 22 de diciembre con 197,6 nuevas infecciones. El objetivo del Gobierno alemán es bajar la incidencia por debajo de 50 de forma sostenible, nivel que considera necesario para poder volver a rastrear todas las cadenas de contagios.
Las autoridades sanitarias notificaron en las últimas horas 3.379 nuevos contagios y 481 víctimas mortales. El máximo de positivos se registró el 18 de diciembre con 33.777 nuevas infecciones en un día, y el de muertos, el 14 de enero, con 1.244.
Los esfuerzos de las autoridades alemanas se centran en acelerar la vacunación tras el decepcionante arranque de la campaña. Hasta ahora han recibido la primera dosis de la vacuna 2.295.221 personas -un 2,8 % de la población-; ya 981.914 personas -un 1,2 %- se les inyectó ya la segunda dosis.