Arzobispos católicos de diversas partes de México realizaron en el estado central de San Luis Potosí un "magnoexorcismo" para "suplicar a Dios" que salgan del país el mal y la violencia originados, según ellos, por la legalización del aborto, confirmó hoy el arzobispo emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez. El exorcismo, el primero en el mundo de estas características, fue realizado a puerta cerrada y en secreto el pasado 20 de mayo en la catedral del estado de San Luis Potosí, explicó.
Según él, el mal "entró a México" después de que fuera aprobada la despenalización del aborto en la Ciudad de México: "La puerta que se le abrió al demonio en México es la legalización del aborto", afirmó el obispo emérito para quien este hecho constituye "una falta inmensa porque legaliza los homicidios". Comparó a los fetos con las víctimas que son asesinadas por los carteles del narcotráfico, ya que dijo que son "despedazados dentro del vientre de su madre". En esta reunión, explicó, los sacerdotes oraron por la paz y para que "las fuerzas del mal no prevalezcan" en México, un país cuya corrupción "lleva a la pobreza de miles de personas".
El ritual fue encabezado por el obispo de San Luis Potosí, Carlos Cabrero, y por Sandoval Íñiguez, y en él participaron otros ocho exorcistas mexicanos y el demonólogo español Antonio Fortea. Según el prelado, este sería el primer exorcismo en el mundo enfocado a "expulsar al maligno" de toda una nación y no de una persona en particular. Sandoval Íñiguez es conocido por su férrea oposición al matrimonio homosexual y al aborto.
El sacerdote calificó de "aberración inmensa" la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de declarar inconstitucionales las legislaciones estatales que limitan el matrimonio a la unión entre hombre y mujer. En San Luis Potosí, donde se realizó el exorcismo, tres curas han estado envueltos en un caso de corrupción de menores desde el pasado año. Eduardo Córdova, uno de los religiosos acusados de pederastia, huyó tras ser acusado de violar a un centenar de niños en las últimas décadas. Sandoval Íñiguez no descartó que este tipo de actos religiosos se realicen en otras partes de la república en los próximos meses.
