Hay un fragmento de Èbano, de Kapuscinski, en él relata lo siguiente: “Cuando los leones salen de caza, lo anuncian con rugidos muy poderosos, que retumban por toda la sabana. Esta voz esparce un terror pánico entre los demás animales. Sólo los elefantes, que no temen a nadie, permanecen indiferentes ante semejantes trompetas de guerra”.
Javier Milei se compara con un león. Su melena recuerda a la del rey de la selva, al igual que la fiereza con la que ataca a sus enemigos o la potencia de su voz. Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre el animal y el político: el candidato a la presidencia de Argentina no emplea el sigilo más propio de los felinos. Más bien, al contrario: se ha servido del ruido para medrar. Su canción de cabecera se reproduce en sus mítines a varias decenas de decibelios. “Hola a todos, yo soy el león / Rugió la bestia en medio de la avenida”. Los versos son de La Renga, un grupo de izquierda reivindicativa argentino. Hay que llegar a todo el mundo.
Milei es otro de esos candidatos que aparentemente surgen de entre las sombras y ascienden al margen de los grandes poderes del Estado. Siempre que eso ocurre, aparecen verdades y mentiras hiperbólicas en los medios de comunicación y cuesta desbrozar el camino hacia la realidad. Pero podría decirse que este político es libertario y apuesta por dolarizar la economía argentina y por desmontar el Estado corrupto peronista.
Puntos en común con Podemos
A cualquier español que escuche su historia le sonará de algo. Al menos, en alguno de sus fragmentos. Corría 2010 cuando Pablo Iglesias comenzó a aparecer en las tertulias televisivas y a despotricar contra la “casta parasitaria” en sus intervenciones. Los periodistas le perseguían y los productores le reclamaban para sus programas, dado que el líder de Podemos era sinónimo de audiencia elevada.
Las palabras de Ramiro Pellet, periodista de Internacional del diario argentino La Nación, permiten confirmar esas similitudes. Al igual que Podemos surgió en un momento de crisis económica y descrédito de los partidos tradicionales, Milei ha aflorado cuando una parte de los argentinos ha dejado de ver la luz al final del túnel. Pellet pone el foco sobre los más jóvenes -y allí se puede votar desde los 16 años-, que en los últimos ocho años han comprobado que las fórmulas peronistas de Cristina Fernández y Alberto Fernández no han funcionado, como tampoco las neoliberales de Mauricio Macri. A esto hay que sumar la desesperanza que generó la pandemia y los encierros obligatorios, que fueron largos.
La moral de los jóvenes de ese país -y la de los desencantados en general- se despeñó por un barranco y desde ese abismo siguen escuchando los mismos mensajes, que son los que hablan de los “cepos” a la actividad económica y empresarial; de la deuda y de la inflación. Con estos problemas anclados al subconsciente colectivo, comenzaron a retumbar las palabras de Milei, que, al igual que en su día Pablo Iglesias, propone algo distinto a lo que hay. Salvando las distancias, que son grandes.
El también periodista argentino Guillermo Pintos detalla que, en ese momento de desesperanza, Milei comenzó a aparecer en los debates televisivos. Su rostro comenzó a hacerse conocido gracias a América Televisión, un canal de televisión del influyente empresario Eduardo Eurnekian, el dueño del conglomerado Aeropuertos Argentina 2000. Allí, en las mesas de tertulia, el león comenzó a rugir contra la “casta parasitaria”, contra los impuestos excesivos y contra la corrupción del sistema; y su discurso cuajó. Era distinto al habitual. Es decir, al clásico en las televisiones del resto del mundo, en el que periodistas y portavoces alineados defienden posturas previsibles y argumentarios que, en ocasiones, son partidistas.
La prensa y de sus rivales políticos sospecharon desde el principio que Milei no iba solo; y que no era casual que Urenkián -de quien había sido asesor Milei- quisiera impulsar de repente la figura de este economista y financiero minorista. El fenómeno recuerda en este sentido al de Éric Zemmour en la TF-1 de Vivendi. Su discurso conservador y anti-inmigración muchos lo asociaron a la forma de pensar de Vicent Bolloré, el dueño de Vivendi, la multinacional propietaria del canal. Ahora bien, Urenkián se ha desmarcado de Milei en los últimos tiempos. Considera que su hijo putativo político no representa su ideología y que tiene tics autoritarios de los que desconfía. Por eso, prestará su apoyo a Patricia Bullrich.
Guillermo Pintos incide en que la fama de Milei no se explica únicamente en América Televisión, dado que muy pronto comenzó a visitar otros platós y a difundir sus mensajes en distintos altavoces. Cada vez que el león hablaba, el rating (audiencia) se disparaba.
Las críticas fueron positivas
Le ocurrió también lo que a otros candidatos disruptivos, y es que las críticas que recibía no le perjudicaban, sino que más bien le alimentaban. Sus seguidores eran muy activos en las redes sociales y sus mensajes y sus vídeos comenzaron a circular entre la población argentina a gran velocidad, en un proceso que ha estado dirigido por nombres como Fernando Cerimedo. Este último trabajó para Bullrich hasta 2021 y antes lo hizo con Mauricio Macri y para Jair Bolsonaro. Desde hace un tiempo, está ligado a La Libertad Avanza. Es decir, el movimiento con el que Milei quiere derrocar a ese gigante marmóreo que es el peronismo.
Mientras la prensa se centraba en su discurso rupturista, en su melena, sus patillas, su perro, su hermana Karina -a la que llamaba 'La jefa'- o en su romance con la actriz Fátima Flórez -que parodiaba en sus actuaciones a Cristina Fernández-, su figura se almibaraba con ese toque mesiánico que tuvieron en otros países algunos candidatos que crecieron aparentemente al margen del establishment. Para Ramiro Pellet, el crecimiento de Milei no hubiera sido de la misma forma si Argentina no estuviera tan polarizara y arrastrara una crisis tan prolongada.
A los partidos tradicionales se les culpa del mal endémico de la inflación o de la corrupción. Milei promete dolarizar la economía mediante una fórmula similar a la de los 90, cuando se estableció aquello de “1 peso, 1 dólar”. Los más viejos del lugar recuerdan que aquello tuvo sus pros y sus contras, pero los jóvenes, afectados por la desesperanza y la pobreza, escuchan esos mensajes en los medios tradicionales y en TikTok y ven en ellos luz. Los críticos -que son muchos- avisan de que nada es lo que parece y de que el cambio que propone Milei empeoraría la situación de Argentina, donde el 56% de los niños menores de 14 años (INDEC) se encuentra por debajo del umbral de la pobreza.
Guillermo Pintos recuerda que Milei terminó su campaña recitando una frase: “La casta tiene miedo”. Le acompañó la canción de La Renga, pero también otra, de Bersuit Vergarabat que se titula Se viene el estallido' El tema se cantaba en los 90 para avisar de lo que pasó después. De la crisis, del corralito, del desmoronamiento del peso y del sistema bancario. Del incremento del populismo y del engrosamiento de las villas. Es decir, de los barrios más pobres.
Ahora, lo utiliza Milei para advertir que, si en las elecciones del domingo pasa a la segunda vuelta (el balotage) u obtiene la victoria definitiva -necesita ganar por más de 10 puntos-, la política argentina cambiará de forma muy importante. Es un mensaje contra el descreimiento y es un lema en el que muchos no creen. Pero este tipo de candidatos se mueven como pez en el agua en estos ambientes, en los que el poder establecido trata de conservarlo y se defiende con uñas y dientes; pero en los que hay muchos más desencantados que afines. Desde que internet se universalizó, la fuerza de estos aspirantes es mucho más difícil de frenar. Así que o bien el peronismo no lo vio venir o su potente sistema mediático no lo supo frenar.
Mari loli
Votó Javier Milei: “Estamos en condiciones de hacer el mejor gobierno de la historia” En medio de una multitud, el economista y candidato a presidente de La Libertad Avanza votó esta tarde en el barrio porteño de Almagro IINFOBAE
JASP
Salvando las diferencias? Si salvo que se ha propagado por TV sin apoyos de grandes no se parecen en nada, el excoletas quería quitar a la casta para ponerse el y vaya si lo consiguió (casoplon en galapagar) Milei quiere reducir los funcionarios y sobre todo que trabajen como tienen que hacerlo no como la mitad de los de aquí que entre que no curran y están sobredimensionada.... Y más aún, si hay un congreso y un senado estatal, a qué tantos autonómicos, más gastos para los trabajadores. Un buen tigeretazo haría falta aquí tambien