Este sábado se han hallado los cuerpos sin vida de siete personas, con lo que ya son 22 los fallecidos debido a la erupción del volcán Nyiragongo, en República Democrática del Congo (RDC). La lava no ha llegado a alcanzar la ciudad de Goma, una de las más pobladas del este del país, aunque se ha informado de más de 25.000 desplazados y más de 170 menores desaparecidos.
El Observatorio Vulcanológico de Goma ha informado de las últimas muertes relacionadas con un intento de cruzar la lava que cortaba la carretera Goma-Rutshuru.
"El volcán sigue activo, las capas de lava siguen activas, la población no debe pisarlas. La carretera a Kibati está cortada 1.000 metros por la lava, hay siete personas que han muerto cuando querían cruzar sobre la lava", ha apuntado el organismo, citado por el portal de noticias congoleño Actualité.
El número de muertos podría aumentar porque, según la misma fuente, se ha informado de casos de asfixia en el territorio de Nyiragongo. "Hay informaciones de muertes por asfixia por gas cerca de Mujoga, un cerro. Lamentablemente se produjo una grieta que exhaló gas y se asfixiaron. En Buhene hay cuatro personas", ha indicado la organización.
El domingo, el portavoz del gobierno, Patrick Muyaya comunicó un saldo provisional de 15 muertos, incluidos nueve fallecidos en un accidente de tráfico durante la evacuación. Otras dos murieron quemadas en Buhene. Por otra parte, la ONG World Vision ha anunciado la puesta en marcha, en colaboración con otras organizaciones, de una misión de evaluación del impacto de la erupción para poder concretar la naturaleza y la magnitud de la respuesta.
Equipos de seguridad de World Vision en Goma y Kinshasa continúan en estrecho contacto con los funcionarios del Observatorio Vulcanológico de Goma, además de con los equipos de la ONU y otros gobiernos que están monitoreando de cerca la situación.
"La asistencia humanitaria urgente implica el suministro de alimentos, kits de higiene, agua y refugio temporal, entre otras necesidades. Seguimos firmemente comprometidos a servir y proteger a los niños más vulnerables que son los más afectados por los desastres naturales", ha explicado el director de World Vision Ruanda, Sean Kerrigan.
