Al menos 35 militares sirios y efectivos de otras fuerzas aliadas con el Gobierno de Damasco han muerto durante un ataque de Estado Islámico que comenzó hace dos días en varias zonas del centro del país, según ha informado la red de activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El ataque más grave ha ocurrido en la localidad de Al Kum, al norte de las ruinas históricas de Palmira, donde los yihadistas han matado a unos 15 de estos efectivos, que se sumarían a otros 20 fallecidos en otra ofensiva en la región de Al Sujna, entre Palmira y Deir Ezzor.
Esta ofensiva representa el ataque más cruento lanzado por Estado Islámico desde la expulsión, el mes pasado, del que fue su último bastión en el país, la localidad de Baghuz, que marcó el punto y final de su dominio territorial en Siria.
La caída del Califato
Las FDS anunciaron el 23 de marzo la toma de la ciudad y la caída del conocido como califato territorial de Estado Islámico, que ya no controla ninguna zona en Siria e Irak, donde fue derrotado en diciembre de 2017.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) llevan desde principios de mes inmersas en una operación en la localidad siria y sus alrededores para buscar 'células durmientes' de Estado Islámico y otros miembros del grupo aún escondidos.
Desde su expulsión, el grupo se ha transformado en una organización terrorista itinerante, según los analistas, capacitada para realizar ataques intermitentes.