Internacional

Picardo se sube a la euforia laborista y exige acelerar los privilegios para Gibraltar frente a España

España se juega la administración conjunta del aeropuerto y establecer puentes con Madrid o Barcelona, la armonización fiscal entre ambas localidades o el cese de las maniobras militares y acoso a pesqueros españoles

  • Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, foto de archivo -

"Ahora toca acelerar el trabajo", de esta manera Fabian Picardo se montaba en el vagón de los vencedores en la metrópoli y exigía avivar los esfuerzos por llegar a un acuerdo sobre el futuro de Gibraltar tras el brexit. El líder del Partido Socialista Laborista de Gibraltar y ministro principal del Peñón ha aplaudido la victoria de un "partido hermano" al suyo, los laboristas, y esa "mayoría holgada" que ha conseguido Keir Starmer, a quien ha apremiado para finalmente sellar el acuerdo que haga encajar la colonia británica en una Europa [la Unión] sin Reino Unido.

Este jueves, el Partido Laborista, ha conseguido una victoria histórica logrando duplicar su resultado de 2019, forzando a los Conservadores a perder más del doble de sus asientos y poniendo fin a 14 años de gobiernos 'tories'. Los de Starmer han conseguido mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes mientras que Sunak ha llevado a su partido al peor resultado de su historia.

Picardo "encantado" con el resultado de los laboristas

Picardo, en declaraciones a Canal Sur Radio, ha manifestado que desde su formación están "encantados" con el resultado de los comicios de y que el Partido Laborista del Reino Unido haya ganado las elecciones con "la más amplia mayoría que nos podíamos haber imaginado" y sobrepasando al Partido Conservador con "casi 300 escaños" de ventaja.

En opinión del ministro del Peñón, el cambio de gobierno hará que el Partido Laboralista busque "acuerdos para que haya más libertad de movimiento de mercancías y de gente joven, más fluidez" entre la Unión Europea y Reino Unido.

"El Partido Conservador ha perdido más escaños de los que ha perdido nunca en la historia de la democracia de Reino Unido", ha señalado, aunque ha admitido que los 'tories' han hecho "una gran labor" estos últimos años en defensa de Gibraltar. Picardo espera que el nuevo ejecutivo de Starmer tome el testigo de su antecesor y formalice el acuerdo post-Brexit para el Peñón.

El ministro de la colonia británica mantiene la esperanza ya que el portavoz de Exteriores de los laboristas, David Lammy, sentenció que, si era nombrado titular de la diplomacia, abordará el asunto del futuro del Peñón desde donde lo dejara el actual ministro, David Cameron.

Picardo ha pedido que tras el "parón" en las negociaciones con la Comisión Europea por la campaña electoral "ahora lo que viene es acelerar el trabajo y seguir intentando llegar a ese tratado definitivo", uno pide en el que "ganemos todos". El ministro se mantiene positivo y espera que el acuerdo "llegue pronto" aunque no da "un horizonte cronológico" con una fecha exacta.

El ministro del Peñón no ha querido dar ningún detalle sobre el asunto y ha afirmado que la armonización fiscal entre Gibraltar y La Línea de la Concepción es imposible. "Siempre he dicho que no habrá armonización de impuestos entre Gibraltar y España. Somos dos jurisdicciones impositivas diferentes", ha defendido.

Lammy: "Es un tema pendiente que abordaré"

El portavoz de Exteriores del Partido Laborista, David Lammy, ha dicho este lunes que asumirá tarea de llegar a un acuerdo con Europa sobre el futuro de Gibraltar post-Brexit. Lo hará tomando el relevo de su antecesor, David Cameron.

En la pasada reunión de mayo, tras la cual no hubo acuerdo, sobre el asunto de Gibraltar a la que asistieron el titular de Exteriores español, José Manuel Albares, su entonces homólogo británico, David Cameron, el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic y el ministro principal gibraltareño, Fabian Picardo, las partes reafirmaron su compromiso de alcanzar un acuerdo entre la UE y el Reino Unido.

Los participantes en el cónclave admitieron lograr avances en materia de economía, comercio, movilidad, medioambiente y bienestar social; aunque no se aportaron detalles de dichos avances, y tampoco hubo un pacto formal o un principio de acuerdo.

En juego 15.000 trabajadores o la gestión conjunta del aeropuerto

El acuerdo post-Brexit para Gibraltar es formalmente competencia de la Comisión Europea y el Reino Unido, ya que corresponde al ejecutivo comunitario la gestión del espacio Schengen de libre circulación, aunque España tiene derecho de veto ante cualquier decisión.

Entre los puntos principales que se negocian está el uso conjunto del aeropuerto y el control de aduanas.

15.000 trabajadores cruzan todos los días la frontera para trabajar en el Peñón. Suponen la mitad de la fuerza laboral de la colonia, pero al mismo tiempo, otros miles más de ciudadanos británicos que residen en Gibraltar huyen de las estrecheces de la colonia a residencias mucho más amplias que además cuentan con muchas más comodidades (como una piscina) en urbanizaciones como la de Sotogrande.

En las negociaciones, España se juega varias cosas, en primer lugar el control de entrada y salida tanto de personas como de mercancías entre el Peñón y Cádiz en el caso de que se retirara la Verja, una posible armonización o igualamiento de la fiscalidad entre ambas localidades, de esta forma se evitaría los efectos de un paraíso fiscal o que Gibraltar fuera partícipe de todo el negocio en la zona.

Otro punto de fricción entre España y la colonia inglesa son las bases militares de la RAF o la Royal Navy, quienes, en ocasiones, acosan a los pesqueros españolas que faenan cerca de esas aguas o ponen en marcha maniobras militares que crean un choque entre ambas partes. Además, la gestión conjunta del aeropuerto para que desde allí pueda existir un puente aéreo con Madrid, Barcelona o Londres. En definitiva, el conflicto radica en la creación de una zona compartida en la que la población de ambas partes pueda coexistir sin que entre ellas exista una gran diferencia.

De igual forma, sea cual sea el desenlace a estas negociaciones aproximadamente unas 300.000 personas entre españoles o 'llanitos' se verán afectadas por el acuerdo y queda en juego también la competitividad del vecino puerto de Algeciras.

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