Las autoridades portuguesas extreman la atención sobre la presión hospitalaria, que prevén aumentará en estos días, tras registrar durante el fin de semana sus récord de contagios diarios y de hospitalizaciones durante este fin de semana.
Los "días complicados" que anticipó el pasado viernes la ministra de Salud, Marta Temido, antecedieron dos jornadas difíciles en el país, que el sábado marcó su récord de contagios en la pandemia con 3.669 contagios en una sola jornada.
Ya el sábado marcó su récord de contagios en la pandemia con 3.669 contagios en una sola jornada que ascienden a 1.574 personas, un número nunca alcanzado, con 230 de esos pacientes en cuidados intensivos.
En total, Portugal suma 118.686 contagiados y 2.316 fallecidos por covid desde que comenzó la pandemia.
Crece la curva
Ante el rápido agravamiento de la curva, que según admitió el primer ministro, António Costa, es superior al esperado, se ha levantado un hospital de campaña en el distrito de Oporto para responder a la situación.
También en este distrito, en Valongo, comienza a funcionar este lunes en un pabellón el llamado "Centro Distrital de Retaguardia", un espacio para atender a pacientes covid que puedan seguir recuperándose fuera de los hospitales, pero que no tienen la posibilidad de hacerlo en una vivienda o una institución.
Es una forma de atender a personas con carencias y al mismo liberar camas hospitalarias de los hospitales públicos, donde hay una capacidad total de 21.000 camas, recordó la ministra de Salud el viernes, quien dijo que el número de plazas para ingreso "es dinámico y relativamente flexible".
Todo después de que los números se hayan disparado sobre todo en el norte del país, lo que ha llevado incluso a implementar una situación similar al confinamiento los concejos de Felguerias, Lousada y Paços de Ferreira, con un total de 113.000 habitantes.
Normas aprobadas en el Parlamento
Este lunes está marcado además por la norma aprobada en el Parlamento para volver obligatorio el uso de mascarilla en la calle durante al menos tres meses, que fue aprobada el viernes pero aún no ha entrado en vigor, al no ser todavía publicada en el oficial Diário de la República.
Pero este compás de espera no ha impedido que los portugueses la lleven ya durante la mañana de este lunes, mientras caminan hacia sus puestos de trabajo, según han mostrado medios locales, a los que los ciudadanos han mostrado su preocupación.
Y es que en Portugal ha impactado que en España se decretara este domingo el estado de alarma nacional por un período inicial de 15 días, con medidas como un toque de queda nocturno obligatorio en casi todo el país.
Algunos expertos lusos se preguntan si se acerca la hora de endurecer de nuevo medidas en Portugal, actualmente en estado de calamidad, con prohibición de reunirse más de cinco personas en la calle o restaurantes.
La posibilidad ha sido descartada por ahora por Costa, que ha insistido este fin de semana en que el combate a la covid "es una larga maratón" y se debe responder con medidas proporcionales en función de la situación.
