Decenas de miles de personas han vuelto a las calles de Hong Kong para reanudar las protestas contra el Gobierno después de una semana de relativa calma interrumpida por la agresión a un líder de las marchas, presuntamente a manos de un grupo de integrantes de las discriminadas minorías surasiáticas.
Jimmy Sham, el líder del Frente para los Derechos Humanos -una de las principales organizaciones detrás de las marchas- fue agredido el pasado miércoles por al menos cuatro individuos "que no eran de etnia china", según la Policía, que le propinaron varios martillazos en todo el cuerpo. El activista, todavía convaleciente, compareció ante los medios al día siguiente para declarar que no había podido identificar la etnia de los agresores, y aceptar los mensajes de ánimo de la comunidad musulmana.
Este incidente, por contra, parece haber animado a la población a salir a la calle en un gesto de unidad contra el Gobierno hongkonés y las autoridades chinas hasta el punto de que un grupo de 30 ciudadanos surasiáticos está protagonizando, este domingo, una concentración adicional en las Mansiones de Chungking, habitual punto de reunión de las minorías en Hong Kong.
Otro detalle particular que está caracterizando la marcha de este domingo ha sido la presencia de numerosas banderas de Estados Unidos que ondeaban algunos manifestantes después del insólito choque diplomático entre el Gobierno chino y la Asociación Nacional de Baloncesto de Estados Unidos, la NBA, después de que un dirigente del equipo de los Houston Rockets expresara públicamente su apoyo a las protestas de Hong Kong.
Este gesto soliviantó a las autoridades y a la población de China hasta el punto de que Pekín amenazó con suspender la gira de pretemporada de los equipos estadounidenses en territorio chino.
No ha sido aprobada por la Policía
Aunque la marcha de este domingo no ha sido aprobada por la Policía, los asistentes han vuelto a marchar por Salisbury Road, una de las grandes arterias de la ciudad, sin que de momento se tenga constancia de incidentes de consideración, según el 'South China Morning Post', exceptuando algunos daños materiales en la estación de Yau Ma Tei.
El servicio de transportes ha quedado suspendido en todo el territorio ante los temores de que la marcha acabe dirigiéndose a la estación de tren de alta velocidad en Kowloon Oeste, una de las principales conexiones entre el territorio y la China continental, cuyo Gobierno es el objetivo último de estas protestas.
El desencadenante de las protestas en Hong Kong fue una propuesta ahora retirada para permitir la extradición de delincuentes a China, así como a Taiwán y Macao.
2.600 personas detenidas
Más de 2.600 personas han sido detenidas desde que aumentaron las protestas en junio. Desde entonces, las demandas de los manifestantes también han aumentado mucho más allá de oponerse a la propuesta de extradición. Ahora también expresan su preocupación de que Pekín está erosionando las libertades otorgadas cuando Reino Unido devolvió la ciudad a China en 1997.
El Gobierno chino niega tales acusaciones y ha culpado a los países extranjeros como Estados Unidos y Reino Unido por incitar los disturbios.
Los manifestantes aseguran que continuarán exigiendo al Gobierno que aborde sus demandas de sufragio universal, una investigación independiente sobre el comportamiento policial, la amnistía para los acusados y que dejen de describir a los manifestantes como agitadores.