Un afgano solicitante de asilo de 17 años hirió en la noche del lunes con un hacha y un cuchillo a cuatro personas, tres de ellas de gravedad, en un tren regional en las cercanías de Wurzburgo (al sur de Alemania), antes de ser abatido por la policía. El grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado este martes el ataque. Dos de los heridos siguen en estado crítico. "El autor del ataque realizado a golpe de hacha en Alemania es uno de los soldados de Estado Islámico", han asegurado fuentes sin determinar. El atacante "ha realizado su operación en respuesta a los llamamientos incitando a atacar los países de la coalición que combate a Estado Islámico", añaden.
Este es el primer ataque que el grupo que lidera Abú Bakr al Baghdadi reivindica en Alemania y, según destaca el experto en yihadismo francés Wassim Nasr, lo ha hecho empleando los mismos términos que para reivindicar el atentado de Niza, identificando al autor como "soldado". Previamente, el ministro del Interior del estado alemán de Baviera, Joachim Herrmann, había revelado que el autor del ataque con un hacha en un tren cerca de Wuezburgo, en el sur del país, en la noche del lunes tenía una bandera del grupo terrorista Estado Islámico dibujada a mano en su habitación. Confirmó también en declaraciones a diversas cadenas de televisión que el agresor había sido identificado como un menor de nacionalidad afgana que llegó a Alemania no acompañado.
Como solicitante de asilo había vivido en un albergue de la pequeña localidad de Ochsenfurt, a unos 20 kilómetros de Wurzburgo, y residía en la actualidad con una familia de acogida. Preguntado por una posible motivación islamista tras el ataque, el responsable de Interior señaló que un testimonio indicaba que el joven gritó "Allahu Akbar" (Alá es grande) en el vagón, pero precisó que tenía que ser todavía verificado en detalle. Horas después, Herrmann ha informado de que se ha hallado el dibujo de una bandera del Estado Islámico en la habitación del menor.
El joven afgano murió a manos de la policía cuando trataba de darse a la fuga
De las declaraciones de los pasajeros que se encontraban en el vagón, añadió, no se puede deducir por el momento un trasfondo islamista. Para aclarar los motivos serán "decisivas" las investigaciones puestas de la policía en el entorno del joven y en la familia de acogida y el registro de la que era su habitación. La agresión tuvo lugar en el trayecto entre Treuchtlinge y Wurzburgo sobre las 21.00 horas (19.00 horas GMT), cuando de forma inesperada el joven se lanzó armado con un hacha y un cuchillo contra los pasajeros del tren. En el vagón había una veintena de personas y algunas de ellas pudieron alertar a la policía federal y también al maquinista, antes de que el tren se parara en Heidingsfeld, uno de los barrios de Wurzburgo.
El agresor, abatido
El joven abandonó entonces el vagón e intentó huir, pero en la zona, según el relato del responsable bávaro de Interior, se encontraba un comando de las fuerzas especiales de la policía que disparó y abatió al agresor después de que éste intentara atacar a los agentes. En el ataque registrado en el interior del tren resultaron heridas cuatro personas, una leve y tres de gravedad, que fueron trasladadas al hospital, mientras en el lugar de los hechos fueron atendidos los otros catorce pasajeros del vagón, ilesos pero conmocionados por la agresión.
A la zona se trasladaron numerosas patrullas policiales, equipos de bomberos y ambulancias, mientras que varios helicópteros sobrevolaban el lugar. La empresa alemana de ferrocarriles Deutsche Bahn informó a sus clientes a través de un comunicado de que debido a la operación policial en marcha quedaban suspendidos de forma temporal, previsiblemente durante varias horas, los trenes entre las localidades de Ochsenfurt y Wurzburgo.
El ataque de este lunes presenta similitudes con otra agresión registrada en una estación de tren también de Baviera el pasado 10 de mayo, cuando un hombre con antecedentes de problemas psíquicos y adicción a las drogas acuchilló a cuatro personas y mató a una de ellas. Según testigos de aquella agresión, registrada en la estación de Grafing, cercana a Múnich, el hombre, un alemán de 27 años, gritó "Allahu Akbar" y "sois infieles, debéis morir", lo que llevó a la Fiscalía a deducir que podía tratarse de un ataque "con motivaciones políticas". Horas después los investigadores informaron de que no había indicios que apuntaran a vínculos con "salafistas" o "islamistas" o una posible radicalización a través de internet y señalaron que el hombre, sin antecedentes penales, tenía problemas psíquicos y de drogadicción.