El Partido Socialdemócrata (SPD) alemán de Martin Schulz logró hoy romper su racha de derrotas electorales al imponerse en los comicios regionales de Baja Sajonia (centro), tres semanas después de las elecciones generales que dieron la victoria al bloque conservador de la canciller Angela Merkel.
Por primera vez desde 1998, el SPD se convirtió en primera fuerza en ese "Land" (estado federado), de 6,1 millones de electores e identificado con las grandes ferias industriales, al obtener un 37,1 % de los votos, según las proyecciones de la televisión alemana ZDF.
La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel quedó en segundo lugar, con un 34,3 %, un revés para la canciller ante el arranque la próxima semana de los contactos formales para la formación de su próximo Gobierno, negociaciones que de antemano se percibían complejas.
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) mostró por primera vez síntomas de debilitamiento, ya que logró acceder a otra cámara regional -la número 14, del total de 16 "Länder" del país- pero con un resultado modesto, un 6 %.
Este porcentaje contrasta con el 12,6 % que alcanzó en las generales del pasado 24 de septiembre y que convirtió a esta formación, fundada en 2013, en la primera de su espectro con escaños en el Bundestag (cámara baja) desde los años 50.
A la euforia ultraderechista siguió, al día siguiente de la elección, la decisión de su presidenta, Frauke Petry, de abandonar el partido para fundar otra formación menos radicalizada, lo que podría haber hecho mella ya en su electorado.
Con estos resultados, aún provisionales, el SPD de Baja Sajonia no podrá reeditar su coalición con los Verdes, que quedaron en un 8,5 %, por lo que probablemente tendrá que recurrir a un tripartito con el Partido Liberal (FDP), que obtuvo un 7,5 %.
Los comicios se celebraban por anticipado, tras haber perdido su mayoría la coalición que formaban socialdemócratas y verdes, a raíz del paso de una diputada ecologista a las filas de la CDU, una decisión con aires de intriga política que tal vez no encajó bien el electorado conservador.
Al margen de los efectos regionales de los comicios, la victoria del SPD en Baja Sajonia, el "land" del excanciller socialdemócrata Gerhard Schröder, alivia la situación de Schulz, presionado por sus filas tras la racha de derrotas que ha encajado el partido desde que asumió su dirección, a principios de año.
"Es un gran día para el SPD", proclamó Schulz, desde la sede del partido en Berlín, arropado por la plana mayor socialdemócrata, en una imagen de triunfo electoral inédita bajo su liderazgo.
Era su última oportunidad de lograr una victoria en las urnas este 2017, después de las tres derrotas consecutivas sufridas ante la CDU en otras tantas regionales, en la primera mitad del año, rematadas por su hundimiento en las generales.
En las legislativas, celebradas el pasado 24 de septiembre, la CDU que preside Merkel y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) obtuvieron la victoria con un 32,9 %, lo que significó un retroceso del 8,5 % respecto a 2013.
Los socialdemócratas cayeron en su récord histórico a la baja, un 20,5 %, tras lo cual Schulz descartó reeditar otra gran coalición, como las que lideró Merkel en su primera legislatura -de 2005 a 2009- y en la pasada -desde 2013 a la actualidad-.
Esta negativa aboca a la canciller a negociar la formación de un tripartito con los Verdes y el FDP, fórmula inédita a escala federal y que en Alemania se denomina "Jamaica" por corresponder los colores identificativos de esos partidos con la bandera de ese país.
Se trata de una constelación arriesgada, tanto por la rivalidad tradicional entre los dos socios minoritarios, como por la antipatía que se profesan los ecologistas y la derechista CSU bávara.
Es la única opción que tiene Merkel para lograr una mayoría matemáticamente sólida, aunque sin garantías de estabilidad política, dadas las diferencias entre sus socios.
El nuevo Bundestag se constituirá el 24 de octubre y se estima que la formación del nuevo Gobierno podría demorarse hasta navidades o principios de 2018.