Internacional

Rusia condiciona el suministro de gas al levantamiento de las sanciones

El Kremlin ha ratificado este lunes el cierre completo del Nord Stream 1 tras suspender el envío de gas de forma indefinida este viernes por problemas técnicos

  • Gasoducto Nord Stream. -

Rusia da una nueva vuelta de tuerca a la 'guerra energética' que mantiene con Europa y ahora condiciona el suministro de gas a través de Nord Stream 1 al levantamiento de las sanciones que el club comunitario le impuso como represalia a la invasión de Ucrania. Gazprom, la compañía gasística rusa, anunció el viernes la suspensión del envío de gas hasta nuevo aviso por unas fugas en una turbina. Tras este primer aviso, el Kremlin ha lanzado un segundo ataque este lunes y ha señalado que no puede reparar la infraestructura debido a las sanciones económicas. La interrupción del suministro, si bien esperada, se produce con varios meses de adelanto respecto a lo que la UE tenía planeado. El mayor temor por parte de las autoridades europeas es que el Plan de Reducción de la Demanda de Gas se quede corto y conduzca a una escalada de precios mayor, lo que podría obligar al Banco Central Europeo a ampliar la subida de los tipos de interés. Si estos movimientos se cumplen, la recesión puede adelantarse y llegar a las puertas del Viejo Continente en la recta final del año.

Rusia alega que la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, son los culpables de que las reparaciones en el Nord Stream no sean posibles, según ha explicado Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin en una rueda de prensa este lunes. "Como las sanciones se siguen aplicando, hay una absoluta confusión legal y práctica en todo lo relacionado con el mantenimiento de los componentes y ensamblajes", ha asegurado Peskov.

El origen de este conflicto es el bloqueo en Canadá de la turbina que debía ser reparada por la compañía Siemens a finales del año pasado. Canadá aceptó devolverla, pese a las sanciones, pero la pieza continúa en Alemania porque Moscú exige por escrito garantías de que se levantarán las sanciones contra Gazprom. Con esta excusa, apagó una segunda turbina alegando que no le había dado tiempo a revisarla.

La Unión Europea ha calificado toda esta situación como un pulso político por parte de Moscú debido a la guerra. Rusia ha reducido un 60% la capacidad de bombeo en el Nord Stream por la ausencia de la primera turbina y posteriormente la ha vuelto a reducir un 20% en julio tras realizar otra revisión programada de las instalaciones. Este gasoducto llegó a transportar, antes de las tensiones con Ucrania, el 40% de todo el gas que Europa consumía.

Miedo a las consecuencias económicas

El cierre del grifo del gas de manera indefinida hasta que no se levanten las sanciones ha puesto en alerta a los mercados. Los futuros del gas en el mercado de Países Bajos, la referencia para el precio de esta materia, se han disparado hasta un 30% hasta los 284 euros por megavatio. Los altos precios del gas son un enemigo para la competitividad empresarial, que se verá obligada a destinar más dinero a gastos de producción. Alemania, el país con la industria más potente de Europa, lleva años beneficiándose de los bajos precios de gas, algo que ha permitido a sus empresas ser muy competitivas.

Un aumento de los precios del gas también incrementa la presión sobre el proceso inflacionista que se está viviendo en Europa, que mina el poder adquisitivo de los ciudadanos y también supone más problemas para la competitividad de las empresas frente a las de aquellos países que no han sancionado a Rusia. Si el descontrol de los precios persiste, es previsible que el Banco Central Europeo se vea obligado a endurecer la política monetaria con subidas de interés aún más agresivas.

Reservas energéticas

Los movimientos rusos apremian y Europa ya ensaya diferentes estrategias para adaptarse a la nueva situación. Planes de ahorro energético y rellenar los inventarios, que ahora mismo se encuentran a un 80% de su capacidad, han sido los principales objetivos de la Comisión Europea.

La diversificación es la otra gran pata de la estrategia europea. Estados Unidos, Canadá o Catar empezarán a enviar buques metaneros que se regasificarán en países como España u Holanda. Otra de las estrategias incluye retrasar el cierre de las nucleares. Alemania dejará en "reserva" hasta abril de 2023 dos de las últimas tres centrales atómicas del país y atrasará el calendario para el apagón nuclear, previsto para finales de 2022.

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