Es el todo terreno de lujo más emblemático, un modelo que llega al mercado en una nueva generación, la cuarta ya, diez años después del lanzamiento del modelo al que ahora sucede. Y lo hace manteniendo una estética continuista que esconde, sin embargo, un modelo completamente nuevo, desarrollado desde una hoja en blanco, con una premisa clara, aligerar al máximo un peso que, desde siempre, ha sido uno de los puntos más críticos de los Range Rover.
Sus impactantes proporciones se mantienen, pero a base de aluminio y materiales ligeros se ha logrado bajar el peso en torno a los 400 kilos a igualad de motores, en aras de ofrecer mejor dinamismo y, de paso, minimizar consumos y emisiones contaminantes. Así, el anterior chasis de acero deja paso a uno de aluminio, casi un 40 por ciento más ligero para reducir el peso de forma apreciable. También las puertas, parte de la suspensión y del frontal están fabricados en ese mismo material. Además, el soporte del motor tiene piezas fundidas de magnesio, el portón del maletero está realizado en un plástico muy ligero y la estructura de los asientos es de acero ligero de alta resistencia. Junto a ello, se ha trabajado en mejorar el coeficiente aerodinámico, mejorado en un 10 por ciento.
V8 Diesel, ahora más potente y con menor consumo
Todas esas mejoras hacen que esta versión con motor Diesel V8 de 4,4 litros —el mismo bloque del modelo anterior pero revisado, con 27 CV más de potencia— logre ahora no sólo unas mejores prestaciones fruto de su mayor potencia, sino además unos consumos más ajustados, que bajan en torno casi a un litro cada cien kilómetros. Unido a la caja de cambios automática de ocho relaciones, su funcionamiento está marcado por una suave respuesta, fruto de unos valores de par extraordinariamente elevados, 700 Nm, disponibles desde apenas 1.750 rpm. Así, responde desde bajas vueltas con inmediatez, ganando velocidad con rapidez subiendo marchas ligeramente por encima de las 2.000 vueltas.
Si queremos mejor respuesta aún, bien en el modo Sport o bien aprovechando las levas del volante cambiando de forma manual, podemos ir estirando cada marcha por encima de las 3.000 vueltas para sentir como el Range se mueve con absoluta soltura a ritmos muy elevados. Llega sin darnos cuenta a los 160 km/h de marcador y siempre dentro de un absoluto silencio de marcha. Los consumos, varían en función del ritmo en mayor medida que en una berlina Diesel. Bajar de los 10 l/100 km requiere una conducción muy fina, y ritmos de marcador de 120-130 km/h. Si nos dejamos llevar a ritmos de 140-150 km/h, es fácil irse ya a los 11-12 litros, cifra de todas maneras muy ajustada para un todo terreno de 2,3 toneladas, casi cinco metros de longitud y más de 1,80 de altura.
Acompañado de una amortiguación ejemplar por la eficacia con que filtra cualquier irregularidad del asfalto, los ocupantes viajan con un máximo confort, un auténtico «Business Class» sobre cuatro ruedas. Mucho espacio en todas las cotas de habitabilidad permite que cinco adultos se acomoden con total confort, dejando tras ellos un amplio maletero de cerca de 600 litros de volumen hasta la bandeja, fácilmente ampliable hasta el techo, y con dimensiones que destacan por su profundidad, cerca de un metro, y su anchura. Eso sí, la boca de carga queda muy alta, más de 80 centímetros desde el suelo. El portón mantiene el sistema de doble hoja, pero tanto la inferior como la superior cuentan ahora con un mecanismo de apertura eléctrica por botón.
Más confort y más eficacia en carretera y fuera de ella
Nuevas son también las suspensiones, diseñadas para un rodar más confortable y efectivo en carretera, con amortiguación variable y, en general, tarados más firmes para reducir el balanceo de la carrocería en curva. Se ha trabajado a fondo en desarrollar un sistema de tracción total más eficaz, gestionado electrónicamente y capaz de detectar el tipo de superficie por el que se circula y hacer los ajustes convenientes automáticamente para asegurar la máxima capacidad de tracción. También lo puede hacer el conductor mediante un mando giratorio en la consola y elegir entre cinco programas diferentes. Cuenta, por supuesto, con reductora, y es posible pasar de marchas cortas a largas en marcha, hasta 60 km/h.
Por dimensiones, lógicamente se mueve con más soltura en amplios trazados, donde incluso las rápidas curvas las encara con absoluta normalidad sin bajar el ritmo. Entra con facilidad en la trazada y se mantiene en ella con precisión, pero incluso en recorridos más estrechos y virados, se defiende con mayor eficacia que antes. La dirección es razonablemente rápida y directa y transmite suficiente confianza como para apurar el ritmo, aunque el peso acaba por marcarnos con anticipo los límites racionales.
Como rodador de largas distancias, el nuevo Range sin duda brilla de forma especial, por confort, eficacia y dinamismo. Con 340 CV bajo el capó, es fácil mantener altísimos cruceros y, con 105 litros de depósito, podemos llegar a cubrir sin excesiva dificultar cerca de mil kilómetros sin parar. En otros coches con similar autonomía se hace necesario parar antes. Con el Range Rover, nada te hace pensar en ello.
Y en campo, más de lo mismo. Una gran capacidad para absorber baches y caminos en mal estado y, con el sistema Terrain-Response, máxima facilidad para sortear los más complicados pasos.
DATOS COMERCIALES:
Versión: Range Rover 4.4 SDV8
Precio de tarifa: 122.800 euros
Garantía: 3 años sin límite de kilómetros
Revisiones: cada 24.000 kilómetros o una vez al año
DATOS TÉCNICOS
Motor: 8 cilindros en V
Cilindrada: 4.367 cm3
Potencia máx.: 340 CV a 3.500 rpm
Par máximo: 700 Nm a 1.750 rpm
Tracción: Total permanente
Caja de cambios: Automática de 8 velocidades
Vel. máxima: 217 km/h
Acel. 0 a 100 km/h.: 6,9 seg
Dimensiones: 4,99 / 1,98 / 1,83 m
Capacidad de maletero: 550 litros
Depósito de combustible: 105 litros
Consumo medio en recorrido de pruebas: 9,8 l/100 km
Autonomía máxima: 1.072 km