No será, si acaba viendo la luz, el primer modelo de la marca reconvertido hacia una personalidad off-road, como ya lo han sido entre otros el CrossTouran o el CrossGolf, pero lo cierto es que ninguno de ellos ha logrado lo que puede lograr el Beetle Dune, con una estética ciertamente muy atractiva que parte de la base de uno de los modelos de la marca que más diseño vende. Por ello, el trabajo luce aún más que en aquello, reforzando al Beetle en esta versión más campera como icono de la marca, y a buen seguro que con una acogida, caso de llegar a producirse en serie, más que notable.
El Beetle Dune apunta a ser llevado a la serie, con una estética sin duda atractiva y cargada de personalidad.
Sobre todo en el mercado norteamericano, donde el Beetle disfruta de una exitosa vida comercial en un mercado en el que el diseño marca mucho, algo no tan apreciado en el nuestro, donde el Beetle se quedó en 2013 en apenas 1.100 unidades, cifra irrisoria al lado de las casi 20.000 unidades que se vendieron del Golf, modelo práctico donde los haya y sobre cuya base se realiza el propio Beetle.
Para reforzar aún más su imagen y mantenerse fresco en el mercado, el prototipo Dune —ya muy cercano al modelo que debiera convertirse en una versión producida en serie— exhibe una arrolladora personalidad en la que se ha buscado asociarla hacia actividades lúdicas como el esquí, incorporando los diseñadores un juego de esquís en la parte trasera de la carrocería, que se ha alargado en 50 milímetros. Llantas específicas de 19 pulgadas, pasos de rueda sobredimensionados que ensanchan la carrocería en 24 milímetros por cada lado, y unas suspensiones todo terreno logran un efecto sin duda muy prometedor.
Bajo el capó monta el motor TSI turboalimentado de 210 CV combinado con la caja de cambios DSG de 6 marchas, que llevan al Beetle Dune a alcanzar los 100 km/h en 7,5 segundos. Un potencial que hace necesario para una máxima eficacia montar en el eje delantero el bloqueo electrónico de diferencial XDS. Exhibido estos días en el Salón de Detroit, su buena acogida por parte del público podría acelerar su comercialización. Un modelo sin duda que rompe en cierto modo con la monotonía, alejado de las corrientes habituales, y que puede acabar siendo un auténtico coche de coleccionista.