Al igual que en algunos países caribeños, el ron se ha convertido en un reclamo turístico para España. La tradición centenaria de este cultivo desde la época nazarí, y que luego supuso en el siglo XVI una edad de oro, por el alto valor del azúcar que se consideraba una especie de oro blanco, es un buen reclamo turístico.
Motril se consideraba la capital del azúcar y no faltan las referencias literarias, con citas del mismísimo Francisco de Quevedo. Después de un largo periodo de decadencia, en el siglo XIX y gracias a la máquina de vapor la zona recuperó parte de su antiguo esplendor, con ocho fábricas vinculadas a la producción de azucares y alcoholes.
Gracias a Ron Montero, desde hace unos años la Ruta del Ron propone un viaje que recupera el encanto de la zona. Una ruta cuyo punto de partida son las instalaciones de la propia bodega Montero, fundada en 1963 por Francisco Montero Martín, un enamorado del ron obsesionado por conseguir un producto ‘perfecto’, elegante y exquisito. La bodega se abre al público en 2007 tras haber sido restaurada por artesanos y profesionales de la región.
La ruta puede continuar visitando el Museo Preindustrial del Azúcar, situado sobre los restos de un antiguo ingenio azucarero del siglo XVI, llamado de La Palma. Este lugar incluye recreaciones tecnológicas y material arqueológico.
Y como complemento final, podemos acercarnos hasta el Centro de Interpretación de la Caña, que se centra esencialmente en los aspectos botánicos y científicos del azúcar. El aspecto humano lo podemos encontrar en el Museo Gribraltarillo, más dedicado a las artes y a las costumbres populares.Los amigos a la arquitectura industrial tienen una opción perfecta siguiendo la ruta de las azucareras, de la zona, con una visita obligada a La Finca La Zafra, exclusiva de caña de azúcar.
Por suerte, la ruta ha generado también todo un movimiento gastronómico con el ron como protagonista, de la mano de Álvaro García, cocinero de El Zarzillo de Motril, con sus ensaladas de frutos rojos y mangos o su arroz con hongos, pagas y parmesano. Y por supuesto, no puede faltar la coctelería, con su Montero de fresas o su Collins de caña de azúcar. En la web de Ron Montero pueden consultarse diversas opciones de ruta, con sugerencias de excursiones y las mejores propuestas para el ocio.