Escondidas en parajes alucinantes, son uno de los secretos mejor guardados del verano. En España puedes encontrar decenas de ellas que parecen sacadas de una especie de edén. Estas son algunas de las más paradisíacas. ¡Buen baño!
La Maceta (El Hierro)
En Frontera, en plena costa del espectacular Valle del Golfo y dibujando un paisaje que parece sacado de una película, tres piscinas naturales ubicadas en las oquedades de la roca volcánica forman una postal de las de no perderse. El Hierro está plagada de bellas piscinas naturales, pero estas son las favoritas de los isleños. La Maceta es de esas visitas que acabarás alargando porque te parecerá estar en pleno paraíso. Además, junto a la zona de solarium hay merenderos -con barbacoas para las que solo hay que llevar carbón y comida- listos para una buena parrillada a escasos metros del mar. Una imprescindible.
Garganta de los Infiernos (Cáceres)
En el Valle del Jerte, rodeada de un marco precioso con saltos de agua y cascadas en el que merece la pena perderse sin tener en cuenta el reloj, podrás darte un chapuzón en pozas con aguas cristalinas y frescas disfrutando de una experiencia como hay pocas. Tienes nada menos que 13 piscinas naturales para elegir, así que es la opción perfecta para los inquietos. De 10.
Las Chorreras (Cuenca)
Muy cerquita de Enguídanos, escondidas en un paisaje alucinante cincelado por el Cabriel, encontrarás cascadas, hoces y unas pequeñas pozas de aguas transparentes a lo largo de algo menos de medio kilómetro. Para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. ¿Lo mejor? Que a pesar de lo espectacular del entorno aún no se ha masificado, así que podrás disfrutarlo como un rey.
La Fontcalda (Tarragona)
Para los que no son muy amigos de las bajas temperaturas del agua, esta piscina natural situada junto al río Cabaletes y el Santuario de la Fontcalda, en Gandesa, es perfecta. Se trata de una fuente de agua medicinal que brota a unos 38 grados. Se encuentra en un paraje de los que hay que ver, entre pinares y acantilados de piedra, por el que merece la pena darse un buen paseo.
Fuentes del Algar (Alicante)
En Callosa d'en Sarrià, a unos 15 kilómetros de Benidorm, en un paisaje donde reina la roca caliza, aparecen las espectaculares cascadas y pozas de Fuentes del Algar, donde es casi obligatorio darse un baño si no quieres perderte una buena experiencia. Dicen que la calidad de sus aguas son de las de 10, y además es la puerta de entrada al Valle de Guadalest, por si quieres seguir de ruta después del baño.
Pozas de Mougás (Pontevedra)
En plena Sierra da Grova, en un paisaje de valles y cuencas fluviales, la confluencia de los ríos Mougás y Pías ha dibujado estas piscinas naturales que son el mejor premio tras una caminata por la zona. Una vez que os hayáis dado el chapuzón, aprovechar para seguir descubriendo el lugar a través de los senderos. ¡No os arrepentiréis!
Salto de Bierge (Huesca)
Dentro del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, en el Somontano de Barbastro, encontraréis la presa de Bierge, ahora usada como zona de baño, un lugar alucinante con todas las letras. El color del agua es completamente turquesa, pero incluso más llamativo que el tono del río Alcanadre es el salto, de algo más de 10 metros, que hay quien se atreve a poner en práctica. El único problema es que en verano suele estar hasta arriba, así que si podéis, ir tempranito para disfrutarlo a vuestras anchas.