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Adiós, tierra firme: cómo pasar las vacaciones a bordo de un barco

En pleno verano creemos que es el momento de hacer cosas diferentes y una de ellas es la de dejarnos de alojamientos, hoteles, hostales o apartamentos y optar por iniciativas que pueden estar al alcance de todos nosotros: alojarnos en un barco durante unos días. En este artículo no hablaremos de grandes embarcaciones destinadas a cruceros, no, sino que haremos mención a diferentes alternativas donde catamaranes, yates o barcos de vela están preparados para recibir a pocos pasajeros para que conozcan lo que es la vida en altamar.

  • Algunos barcos ofrecen pensión completa y en otros sólo está incluido el patrón y el alojamiento en sí (flickr | todosportholidays - imagen con licencia CC BY-SA 2.0).

Las costas de nuestro país son perfectamente navegables ya no solo por las condiciones de sus aguas, sobre todo en el Mediterráneo, sino también por la calidad de sus paisajes. Destacamos los paseos en barco en la costa de Ibiza con turquesas aguas y costas que parecen haber sido sacadas de un pedacito del paraíso.

En estas flotas en las que suele haber espacio para el patrón y unos pocos afortunados, es habitual encontrar buenos precios, a partir de unos 300€ por persona durante una semana en embarcaciones de 8 a 11 pasajeros, lo que lo hace muy accesible para ir con amigos o familiares.

En función de lo que se esté buscando nos encontramos algunos barcos que ofrecen pensión completa y otros en los que sólo está incluido el patrón y el alojamiento en sí, ya que realizan paradas a lo largo del viaje en calas o pueblos en los que se puede saborear la gastronomía de la zona.

El mar es uno de esos espacios en los que uno puede olvidarse de cualquier preocupación y desconectar de los paisajes de ciudad a los que estamos más que acostumbrados. Aquellos que son amantes del mundo de la navegación pueden encontrar un guía en las explicaciones del patrón, pues por lo general suelen disfrutar contando aventuras y técnicas relativas a esta profesión tan antigua, luego los primeros marineros datan de la prehistoria.

La costa del Mediterráneo ha sentido el paso de embarcaciones por sus aguas desde tiempos inmemoriales y más adelante los fenicios, los griegos, los púnicos…

Si te decantas por pasar varios días a bordo de un barco seguramente puedas aprovechar para darte un chapuzón en las cálidas aguas del mar o incluso enfundarte el equipo para hacer snorkel y ver qué esconde el azul Mediterráneo entre sus aguas claras y con paisajes subacuáticos muy sugerentes.

Un paisaje especial

Por su geografía estas islas cuentan con la formación de cuevas y acantilados que le dan un toque de lo más especial a los parajes que rodean el archipiélago. Durante los días que se está navegando se suelen hacer diversas paradas en las que los pasajeros pueden bajar del barco y ver de cerca las características del terreno, tomar el sol en sus calas o contratar alguna actividad náutica que tan presente están sobre todo en meses estivales.

Dormir en el navío es una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida, pues se escucha el relajante sonido del mar, se siente el balancín producido por el movimiento del agua y tanto amaneceres como atardeceres a bordo son un conjunto de sensaciones que no hay que dejar escapar y que hace feliz a todos los públicos.

Breve historia de las Islas Baleares

Con el paso de los años este archipiélago ha sido habitado por diversas culturas pero se es más que probable que los primeros habitantes procedieran de la Península Ibérica allá por el año 5000 a.C. y más tarde, entre el 2500 y el 850 a.C. los primeros agricultores y ganaderos hicieron asentamientos en las islas en plena Edad del Bronce, dejando, entre otros, esculturas repartidas en las diversas islas.

No fue hasta la época de los griegos, fenicios o romanos cuando el archipiélago comenzó a estar mucho más poblado, trajeron nuevas culturas y en la isla se quedaron restos de las edificaciones por estas poblaciones construidas.

Tras bizantinos, musulmanes, carolingios, normandos o árabes llegó la conquista aragonesa entre los siglos XII y XIII y cientos de años más tarde, en el XVIII, el Reino de Mallorca pasa a ser provincia del territorio español; asentada ya la democracia, en 1983, se les concedió un Estatuto de Autonomía.

Actualmente dadas las características de las Baleares como sus playas, su buen clima durante todo el año o la amplia oferta de actividades que pueden realizarse en las islas, son visitadas por millones de turistas y muchos de ellos se han asentado en lugares como Mallorca, siendo una de las que mayor número de residentes ingleses y alemanes posee.

Unas vacaciones a bordo seguro que servirán para ver la vida de otra forma y tratar de decir adiós al estrés, sobre todo si uno puede relajarse viendo paisajes como los que el Mediterráneo nos brinda. 

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