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Hotel Raffles, un sitio donde hay que estar

Pocos hoteles hay en el mundo que se puedan convertir en referente de un lugar. El Raffles es a Singapur lo que la Torre Eiffel a París. El Raffles, desde 1886, es el símbolo de Singapur, uno de esos hoteles míticos que uno siempre visita cuando recorre el mundo y, si lo puede puede pagar, lo escoge como alojamiento. 

“Cuando estés en Singapur, come en el Raffles”. Con estas palabras, el genial escritor Rudyard Kipling ayudó a crear la fama que hoy rodea a este fantástico hotel. Un guardia sijh con turbante y uniforme blancos y galones dorados nos recibe a las puertas del hotel como si fuéramos la mismísima reina Victoria. Es el primer encuentro con el Raffles, el símbolo de una época, cuando Singapur era una de las colonias británicas en el extremo Oriente. Y es que en el Raffles, la huella inglesa ha quedado marcada para siempre.

Por fuera mantiene un elegante y grandioso aire victoriano, con grandes columnatas clásicas, amplios ventanales y un elegante frontón en el que domina el nombre del hotel. Por dentro, todo resulta impecable y se suceden los detalles sorprendentes de otra época en la que el hotel fue el centro de aventureros, comerciantes, políticos y escritores de todo el mundo. Los suelos son de mármol con alfombras orientales rojas, los espacios están estructurados por una arquitectura neoclásica, donde todos los rincones invitan al descanso, la charla o la lectura.

La historia de sus numerosos huéspedes ilustres está escrita en los detalles, como el tigre disecado que preside el salón de billar y que parece indiferente a la música en directo que suena por las noches mientras los clientes toman un Singapur Sling o un gintonic, que sigue siendo el mejor antídoto contra la malaria. Hasta tienen un museo que contiene todo tipo de artículos y recuerdos de personajes que han desfilado a lo largo de más de un siglo por sus salones.

Aparte del mencionado Kipling, en este hotel han estado alojados también personalidades de la talla de Ava Gardner y Charlie Chaplin. En el Bar de los Escritores (Writers Bar), situado en el lobby del hotel, también se rinden honores a los muchos escritores que se inspiraron en este hotel o que hicieron escala en él en sus viajes por el extremo oriente, como Somerset Maugham o Joseph Conrad.

Los orígenes

Todo comenzó siendo un bungalow un poco amplio conocido como el Beach House, creado por cuatro hermanos de origen armenio, los Sarkies. Después sería bautizado con el nombre del comerciante inglés Stamford Raffles, que en 1919 consiguió hacer de la isla de Singapur una colonia británica. En principio, el hotel no era más que un encantador pabellón decorado con sillas de rattan y agradables verandas. Con los años se fue ampliando hasta convertirse en uno de los mejores hoteles del mundo.

Con tanta historia a las espaldas, el hotel ha sido reformado recientemente y hoy aparece espléndido, como en su mejor época, manteniendo el glamour de siempre. Entre sus 103 suites se incluyen varios tipos de habitaciones: Grand Suites, Personality Suites y Courtyard & Palm Court Suites, todas ellas decoradas con antigüedades y con terraza.

Cuando el botones te deja la maleta dentro de la habitación, te adentras en un mundo distinto. Un kimono de seda, unas zapatillas de vivos colores y un ramo de flores, que se cambian cada día, te crean una sensación única. El ventilador que cuelga del techo ayuda al huésped a pensar que el Raj sigue vivo en la capital de la informática y la limpieza.

Bares y restaurantes

Pero al Raffles no sólo hay que acercarse para dormir en él. Una vez que se ha realizado su remodelación, ofrece también muchas más cosas. Su amplia oferta de restaurantes y bares es suficiente para realizar una visita, ya que la variedad de la oferta permite combinar desde el ambiente elegante y colonial del Tiffin Room, un restaurante especializado en cocina india y asiática, al restaurante chino Doc Cheng’s o el romántico Raffles Courtyard. Unos pulpitos marinados y un solomillo de alcachofas, con una botella de las bodegas del barón Philippe de Rothschild, son la mejor cena que uno puede soñar.

Al estar aquí uno se siente parte de la historia y de la leyenda: “El Raffles forma parte de la cultura de Singapur y es un sitio donde se debe estar, aunque sea solo”. De la misma forma, uno puede jugar una partida de billar en el Bar & Billar Room, donde todavía bellas y elegantes señoras recuerdan aquel tigre que interrumpió una partida entre oficiales ingleses y que hoy está disecado en la pared. Son recuerdos de un hotel que parece tener vida propia. ¡Así es el Raffles! 

FICHA

Nombre: Hotel Raffles

Categoría: Hotel

Dirección: 1 Beach Road

Código postal: 189673

Ubicación: Singapur

Teléfono: 00 65 6337 1886

Web: http://www.raffles.com/singapore/

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