Lo cierto es que hay pocos placeres como el de buscar y encontrar algunos de los más valiosos frutos que regala la naturaleza a quienes saben buscar. ¿Dónde? Pues, por suerte, España es un gran paraíso micológico, así que es posible encontrar decenas de especies distintas de setas por todo el país. Hoy hemos seleccionado algunos de esos edenes seteros donde el premio está asegurado. Eso sí: cesta y navaja en mano, que de lo contrario dejará de haber regalo para todos. ¿Preparados? Abrimos la veda: bienvenidos a la “caza” del preciado hongo.
Comarca de Pinares (Soria-Burgos)
Es de las zonas más cotizadas de toda la península, y no sólo porque abunden decenas de especies distintas de hongos. También porque dicen que la calidad de estos pone el listón tan alto que es difícil superarlos. Por eso los muy seteros conocen bien este paraíso situado al noroeste de la provincia de Soria y al sureste de la de Burgos, donde se encuentra una de las mayores reservas micológicas de España. A esta zona pertenecen tanto los famosos bosques de San Leonardo como Navaleno, en donde han abierto un centro micológico desde el que enseñan a identificar setas además de impartir cursos de micología.
Valle de Ultzama (Navarra)
Pasear entre los hayedos y robledales del valle de Ultzama es una experiencia de las que no hay que perderse. Especialmente en esta época, cuando el valle aparece teñido por decenas de colores otoñales. Además, aquí se da una de las mayores concentraciones de setas de Navarra, y para que la naturaleza siga regalando esos manjares, hace unos años que se puso en marcha el Parque Micológico, que ocupa alrededor de 6.000 hectáreas. El objetivo es que haya un equilibrio entre producción y recolección, y por eso ahora el recolector necesita sacar el permiso correspondiente, con el que podrá recoger hasta 8 kilos de setas. Para los que se estrenen esta temporada, el parque no tiene desperdicio, porque en él indican las rutas donde encontrar setas e incluso dan un parte micólogico informando de las especies que es más probable que veamos. Otra opción es recorrer los 11 kilómetros del sendero micológico de Unzué. Si estáis atentos, veréis decenas de especies diferentes mientras camináis.
Parque Natural del Montseny (Barcelona)
Se encuentra a una media hora en coche de Barcelona, pero en cuanto lleguéis os parecerá que habéis dejado el olor a asfalto y el estrés a miles de kilómetros. Sobre todo si madrugáis para tener este espacio natural que la Unesco declaró reserva de la biosfera para vosotros solos. Allí encontraréis infinidad de hayas en torno a las que crecen diferentes variedades de setas. Otra posibilidad con mucha tradición micológica es el Pla de Puigventós, en la comarca del Berguedà, donde se celebra la fiesta de la seta que marca el inicio de temporada a principios de octubre.
Rabanales(Zamora)
La mayoría de los que tienen mucha afición a la recolecta de hongos ya conocen este lugar, repleto de distintas especies, donde además han abierto un completo Centro de Interpretación de Especies Micológicas. Es uno de los rincones seteros con mayor tradición micológica y, de hecho, la mayoría de sus 600 habitantes podría darte buenas lecciones. Si vais por allí, aprovechad para dar una vuelta después de la recogida, porque el entorno merece la pena: a menos de un centenar de kilómetros encontraréis el parque natural del lago de Sanabria, el de las lagunas de Villafáfila y también el de los Arribes del Duero.
Parque Natural Sierra de las Nieves (Málaga)
Dicen que es un lugar estupendo para hacer rutas en busca de setas, para empezar porque hay centenares de especies, pero también porque esta reserva de la biosfera es un paraje alucinante lleno de contrastes que acoge tanto la sima más profunda de Andalucía como picos que alcanzan los 2.000 metros de altura. Un espacio natural imprescindible, sobre todo para los amantes de la seta de cardo, el níscalo y la cagarria, que son algunas de las que más abundan en esta zona.
Puerto de Canencia (Madrid)
La sierra norte de Madrid y el Puerto de Canencia en particular es otra zona donde en esta época se dan cita los seteros. El único inconveniente de este pulmón verde, situado en pleno Valle del Lozoya, es que como somos unos cuantos los que tenemos la intención de peinar el monte en busca de buenos hongos, los fines de semana de otoño suele estar hasta arriba. Sin embargo, si tenéis la posibilidad de ir entre semana, os encontraréis solos en un pequeño paraíso lleno de robledales y pinares donde crecen boletus edulis, níscalos y setas de cardo entre otras especies. Otra posibilidad son los alrededores de Alameda del Valle, en pleno Parque Nacional del Guadarrama.
Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén)
Un rincón micológico donde la afición a las setas es común a la mayoría de los habitantes de la zona es el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en el que se puede encontrar gran variedad de especies, entre ellas el níscalo, el rey del lugar. Para los que se atrevan con otras setas comestibles, también pueden encontrar seta de cardo, cagarrias, seta de chopo... Un buen listado que no os defraudará si vais con los ojos bien abiertos.