1. Mundaka: sin duda la joya de la corona. Una ola de clase mundial. Considerada por muchos como una de las diez mejores olas del mundo, está situada en plena reserva de la Biosfera de Urdaibai, en el País Vasco y a menudo ofrece unas condiciones inmejorables para la práctica de este deporte. La ola de izquierdas más famosa de Europa tiene un recorrido de unos 400 metros y varias secciones en las que se pueden realizar tubos. Cuando las circunstancias son favorables, y las olas superan los dos metros, Mundaka está reservada tan solo para aquellos que están dispuestos a llevarse algún susto. La potencia de esta ola en días grandes la hace inaccesible a la mayoría de los mortales. Si las olas son demasiado grandes siempre podremos visitar este pueblo pesquero y su conocida tienda de surf.
2. Rodiles: Asturias no se queda atrás en la lucha por la mejor ola de izquierdas de nuestro país. Rodiles se ha consagrado como la hermana pequeña de Mundaka. Y lo de pequeña no es precisamente por el tamaño. Esta playa asturiana tiene más consistencia que Mundaka y rompe con más frecuencia, aunque la calidad no llega a ser la misma. Las secciones que presenta para hacer tubos se combinan perfectamente con otros tramos en los que realizar maniobras. Una ola divertida y manejable, aunque hay que estar muy atento con las corrientes, que en ocasiones pueden jugarnos una mala pasada. Como alternativa al surf cuando las condiciones no son adecuadas, se puede pasear por este paraje natural que nos muestra la flora exuberante de Asturias.
El Brusco es la mejor ola de Cantabria
3. El Brusco: la mejor ola de Cantabria se sitúa en la zona de Santoña. Entre las playas de Berria y Trengadín. Este beach break (rompiente de playa) ofrece buenas olas en invierno y otoño, aunque en verano suele mantenerse bastante calmado. Con las condiciones correctas esta ola puede encandilar a los visitantes con tubos rápidos y largos, de la misma manera que puede aparecer como una ola perfecta para fluir enlazando maniobras. Con oleaje del noroeste y viento sur los huecos están asegurados. La contaminación del agua ha sido en ocasiones uno de los peores enemigos de los surfistas de la zona. En el Paseo Brusco, 33, (Noja, Cantabria) está el restaurante Mijedo donde podremos disfrutar de arroces y mariscos para recuperar la energía empleada en coger olas.
4. El Quemao: esta ola de clase mundial en Lanzarote no deja indiferente a los que la visitan. Comparable con rompientes emblemáticas como Tehaupoo (Tahiti) o Pipeline (Hawaii), El Quemao ofrece fortísimas olas y tubos perfectos cuando entra potente oleaje. El fondo está formado por rocas, factor que, sumado a las olas de un día grande aquí (2-3 metros), se puede convertir en un lugar realmente peligroso. Si a esto le añadimos la presencia habitual de un número elevado de surfistas locales, las condiciones para surfear El Quemao se complican aún más, aunque posiblemente con coger una de esas olas ya haya merecido la pena el esfuerzo. Si no nos coinciden buenas olas, una opción es visitar la isla de la Graciosa, cercana a Lanzarote, que ofrece varias rompientes y un paraje aún sin masificar.
En Meñakoz tienen lugar algunas de las olas más grandes de España
5. Meñakoz: esta ola está localizada en el municipio de Barrika en el País Vasco. Gracias al fondo rocoso aguanta un oleaje de mayor tamaño que la mayoría de playas sin perder la forma, lo que ha dado lugar a algunas de las olas más grandes surfeadas en España. Esta derecha se caracteriza por su fuerza y potencia y es recomendable cogerla en marea alta. El paisaje compuesto por acantilados y enormes praderas hace de este lugar un entorno privilegiado para la práctica de este deporte. La naturaleza que rodea esta rompiente nos invita a realizar caminatas para descubrir todos los rincones de este lugar.
6. El Palmar: en Andalucía también se pueden encontrar buenas playas para practicar el surf. Un buen ejemplo es El Palmar, en la provincia de Cádiz. Se trata de una playa abierta cuyas olas, potentes y cercanas a la orilla, recuerdan a la mejor ola de Europa: La Gravière (Hossegor, Francia). Con viento Este las olas ahuecan formando tubos de bastante calidad. La mejor época para surfear El Palmar es de noviembre a marzo, ya que el resto del año aparece con poca frecuencia. Después de un buen baño nos podemos relajar tomando algo en alguno de los chiringuitos que hay en la zona, como El Dorado en la Avenida de la Playa.
7. El Confital: situada en las Palmas de Gran Canaria. Esta ola se ha consagrado como una de las mejores olas del archipiélago canario, e incluso de toda España. Se trata de una derecha larga y perfecta para surfistas de nivel avanzado, aunque más importante casi que el nivel de surf es el respeto en el agua. Esta rompiente es frecuentada por un gran número de surfistas locales, por lo que es necesario tener paciencia y esperar el turno para evitar problemas con los surferos autóctonos. Con este aspecto bajo control, El Confi puede brindarte el mejor baño de tu vida si se dan las condiciones adecuadas. Y si no, mientras esperamos, podemos comer pescado fresco de la bahía en cualquiera de los restaurantes que hay en el paseo peatonal que va desde la playa de Las Canteras a El Confital.
Orrua es uno de los secretos mejor guardados de la costa vasca
8. Orrua: en la desembocadura del río Urola se encuentra una ola de derechas que destaca principalmente por su calidad y longitud de recorrido. Esta bahía rocosa cercana a la localidad vasca de Zumaya supone uno de los secretos mejor guardados de la zona y una excelente opción para surfistas con nivel medio-alto que deseen ponerse a prueba. El fondo de roca forma olas que rompen siempre en la misma dirección y con la misma forma. Casi como tener una piscina de olas artificial. Además del surf, visitar los pequeños pueblos de la zona, como Askizu o Artadi, se convierte en el principal atractivo de este lugar.
9. Playa de Razo: Galicia también tiene una amplia gama de rompientes surfeables. Desde Vigo hasta Foz, la costa gallega cuenta con olas para surfistas de todos los niveles. Razo recibe oleaje de manera continua durante todo el año debido a su posición en el noroeste del país, por donde entran las marejadas originadas por las borrascas atlánticas. Perfecta para aprender y para surfistas de nivel medio. La oferta gastronómica es amplia en cuanto a restaurantes para degustar productos de la zona. Un ejemplo es el Mesón A Roda, en la calle Capitán Troncoso, 8, especialista en mariscos y pescados.
10. Pantín: sede del campeonato Pantin Classic, esta playa gallega funciona con frecuencia y tenemos olas para todos los niveles. Situada entre Ferrol y la Villa de Cedeira, Pantín es una de las primeras playas por donde entran las marejadas a la península. Con fondo de arena y olas en ambas direcciones esta playa es frecuentada por un elevado número de surfistas. Si las olas no nos acompañan o hay demasiada gente en el agua, una buena opción es ir en busca de alguna playa virgen, que abundan por la zona.