Mabel Lozano era una guapísima modelo que llegó a la televisión para estar al frente de un espacio de viajes llamado ‘Escándalo en la marina’ el cual casi nadie recuerda ya, y que poco a poco fue metiendo cabeza también en la interpretación en series como ‘Los ladrones van a la oficina’ y ‘La casa de los líos’, y películas como ‘A cambio de nada’. Lo cierto es que a Mabel no le habría faltado trabajo delante de las cámaras ni como actriz ni como presentadora. Su gracia natural y su sonrisa casi perenne la convertía en una maestra de ceremonias ideal de cualquier sarao para todos los públicos (de esos que ya casi no quedan en televisión), algo que complementaba con su esbelta figura.
Sin embargo, hace ya más de una década decidió dejar ese lado del show business para ponerse detrás de las cámaras, dispuesta a hacer un cine que sirviese para denunciar las desigualdades de la mujer en la sociedad actual, tanto en España como fuera de ella. Y aunque en casa tiene un maestro del séptimo arte (es esposa del productor y director Eduardo Campoy), Mabel optó por hacer las cosas bien, asistiendo a escuelas de dirección y aprendiendo por sí misma. De hecho, a toro pasado, Lozano admite que si no dio el salto antes a la dirección es porque en su juventud no había referentes de mujeres que hiciesen cine; por desgracia, la cosa tampoco es que haya cambiado mucho más, y las películas dirigidas o escritas por mujeres siguen siendo las menos.
Chicas nuevas 24 horas se estrenará en Matadero de Madrid el jueves 3 de septiembre.
Su último documental se llama Chicas nuevas 24 horas, que se estrenará en Madrid el próximo jueves 3 de septiembre en Matadero, Madrid, después de haberse preestrenado la pasada primavera en el Festival de Málaga, donde Mabel lleva años al frente de una sección llamada Afirmando los derechos de la mujer. En Chicas nuevas explica el problema que existe en el mundo de la prostitución con la trata de mujeres, las cuales se venden como una materia prima cualquiera. Pero la diferencia es que esta materia prima se paga a sí misma, y que se vuelve a vender una y otra vez sin que sufra ningún gasto, ni haya que cultivar más, ni fabricarla, ni nada.
Chicas nuevas 24 horas es una obra que ha rodado en España y distintos puntos de América Latina, y que contará con diferentes montajes según el país en el que se exhiba para focalizar la problemática a los habitantes de cada región. Sin duda, uno de los puntos más interesantes del documental, y a la vez más duros, es el momento en el que el espectador asiste a un curso de marketing donde explican el funcionamiento ideal de un negocio cualquiera, explicación que revuelve un poco las entrañas al saber que en realidad se está aplicando a la prostitución y a la vida de miles de mujeres, muchas de las cuales acaban muriendo cuando ya no sirven porque quedan embarazadas, o sencillamente enferman.
Este tema de la trata ya había sido reflejado en su cine con anterioridad. De hecho, su primera producción fue 'Voces contra la trata de mujeres', un documental que le costó sacar adelante pues nadie creía en su temática. Desde ahí vinieron otros documentales, vídeos corporativos o anuncios, donde también retrató otros problemas con prisma femenino como el cáncer de mama, la discapacidad dentro del mundo del deporte o sencillamente los baches que las mujeres se encuentran en la vida y que los hombres no.
Así, de momento, no volveremos a ver a Mabel delante de las cámaras, al menos, de momento. El gusanillo dejó de picarle hace tiempo, y con una naturalidad pasmosa cuenta que ella como actriz todo lo que tenía que hacer ya lo hizo pues tenía un registro muy limitado, y que su buen trabajo del pasado fue gracias al trabajo de directores y compañeros (se codeó con Fernando Fernán Gómez o Agustín González) quienes supieron sacar lo mejor que había en ella.