Empezamos el recorrido en el Alibi de Shamelees, un pub de Chicago con sus parroquianos beodos habituales y camareros de los que probablemente guarden un bate de béisbol y algún arma debajo de la barra. Por el Alibi (que en español significaría "coartada") han pasado bodas, bautizos, funerales, falsas fiestas benéficas, salidas del armario y prácticamente cualquier cosa que pueda suceder en un bar.
Si no nos van mucho las pintas de cerveza de grifo y lo que queremos es un café, el Central Perk de Friends es más adecuado y más acogedor (y seguramente menos peligroso). Además de ser el culpable de que muchas cafeterías de todo el mundo se plantearan la idea de poner sofás, se convirtió en uno de los escenarios principales de la serie, con el mismo protagonismo que el piso de Monica Geller.
Y siguiendo con el café en las sitcoms -aunque este tiene pinta de ser algo más caro-, no podemos olvidar el Cafe Nervosa de Frasier. Aunque este bar no existe, se dice que está inspirado en el Elliott Bay Cafe de Seattle. Además de un ‘territorio neutral’ entre el nada modesto apartamento del doctor Crane y la emisora de radio, el Cafe Nervosa fue el único escenario del último capítulo de la primera temporada, titulado, precisamente, Mi café con Niles.
Si el Central Perk y el Cafe Nervosa dejaron un hueco en los corazones seriéfilos, no iba a ser menos el McLaren's de Cómo conocí a vuestra madre. Con la serie recién terminada, este pub neoyorkino que también ha visto de todo merece ya se ha hecho un sitio en la memoria de los espectadores que, de alguna manera, también hemos sido clientes durante nueve años.
En España, que siempre hemos sido muy de bar, también tenemos nuestros bares seriéfilos. Desde Los ladrones van a La Oficina hasta Los Serrano, pasando por el Max & Henry de Mirador de Montepinar en La que se avecina, el Bar Reynolds de Aída o el Casi ke No de Siete Vidas. ¿Y qué hay de las series que transcurren en bares? Cheers, el diner de 2 broke girls… ¿Y los bares de dibujos animados? El bar de Moe y La almeja borracha ya son bares de ficción imprescindibles.