Con la llegada del verano, la televisión cambia. Se produce un paréntesis catódico en el que hay presentadores que se van de vacaciones y se les sustituye por otros, y se crean nuevos formatos buscando fidelizar al espectador en la época en la que menos tele se consume. Y, en rasgos generales, todos los programas estivales tienen un mismo patrón para asegurarse el éxito:
Para toda la familia
Es importante que el programa lo puedan ver los papás con los niños, y para ello hay que hacer que tanto unos como otros tengan aliciente para estar pendientes de la televisión. Así, por ejemplo, en Vaya fauna, estrenado este miércoles en Telecinco, vimos en el jurado a adultos como Soraya Arnelas y Yolanda Ramos junto al dúo adolescente Gemeliers, quienes se ha prestado a participar en esta especie de Tú sí que vales con animalitos y que será el reclamo ideal para que las miles de seguidoras que tienen no se pierdan ningún programa; de hecho, ya en su primera entrega incluso les vimos cantar uno de sus éxitos en riguroso playback, aunque no tuviese nada que ver con la naturaleza. Y es que no hay duda de que los concursos de talentos son algo muy fresquito para ver todos juntos, y quizá por ello en los próximos días Televisión Española estrena Insuperables, donde Carolina Cerezuela buscará bailarines, acróbatas, cantantes... Y también “mascotas encantadoras”. Qué dèjá vu, ¿verdad?
Niños y animales no fallan
Y es que, relacionado con el punto anterior, no hay duda que programar infantes y bichitos en televisión es un éxito asegurado en esta estación, debido, entre otros motivos, porque los críos ya están de vacaciones del colegio y por tanto consumen más televisión. El pasado 2014 se estrenó el talent show Pequeños gigantes de Telecinco, que este 2015 volverá con una nueva edición y que mostraba un grupo de niños prodigio cantando, bailando y todo lo que correspondiese. Además, si el longevo programa de Atresmedia Pelopicopata se estrenó en verano, por algo sería.
Que no sea muy sesudo
La gente no quiere concursos con los que devanarse los sesos, ni series con las que morderte las uñas. En verano uno nunca sabe si estará o no en casa por la noche, y así, se suelen ver producciones fresquitas, amenas y poco trascendentales. Un ejemplo de éxito en ese sentido fue El chiringuito de Pepe, estrenada la pasada temporada, y fue un éxito tan sorprendente que incluso lo alargaron para después de la época veraniega. El paradigma de este tipo de formatos es aquel Nadie es perfecto de Telecinco, en el que “guapos y tontos” competían contra “listos pero no atractivos” en pruebas físicas y mentales. Pero no podemos olvidarnos del Grand Prix, donde los mejores pueblos de España competían en pruebas como correr delante de una vaquilla o responder rápido preguntas de cultura general un tanto retorcidas antes de que un globo te estalle en la cara.
Humor
En verano y con las vacaciones a la vuelta de la esquina el buen humor impera dentro y fuera de la televisión. Eso sí, es esencial que los programas cómicos tengan un mínimo de calidad para que puedan perdurar en el tiempo, como sucedió hace ya veinte años con Genio y figura, el concurso de chistes que lanzó al estrellato a Chiquito de la Calzada. En ese sentido, hay que evitar caer en lo zafio y lo cutre, en la línea de El pueblo más divertido de la temporada pasada. A veces, incluso, un programa que ya existe se puede consolidar en verano, como le sucedió a La parodia nacional de Constantino Romero, aquel concurso con canciones que criticaban con humor la actualidad y en que una joven Paula Vázquez hizo las labores de azafata.
Bajo coste
En verano, el consumo de televisión desciende notablemente, y por ello se suele recurrir a programas que tengan una puesta en escena sin complicaciones, e incluso con presentadores con un caché módico. Por este motivo, llegadas las vacaciones de los principales presentadores son sustituidos por otros con menos solera; así, Ana Rosa cede su testigo a Sandra Barneda en las mañanas, Susana Griso hará lo mismo con Esther Vaquero, y hasta en Zapeando están buscando presentador para que Frank Blanco se pueda ir a descansar unas semanas. En lo que a realities se refiere, también se suele ver versiones más baratas de lo que se ofrece durante el resto de la temporada. En otras temporadas vimos aquel Campamento de verano de Telecinco, y para este se prepara Un billete para la isla, un Supervivientes venido a menos. Y qué decir de la versión Deluxe de Cámbiame, que reutilizará en horario nocturno el plató que vemos cada mediodía.
Que no necesite continuidad
Muchísimos programas y también series duran un verano y solo un verano, con un éxito decente pero no tanto como para repetirlo en épocas posteriores. La lista sería enorme: Quédate conmigo, Toma nota, Esto me suena, La Piraña, PopStars, El Puente, Quítate tú pa' ponerme yo, Cuando calienta el sol, Hola, hola, hola... ¿Seguimos?