Esta vez su llamada no estaba entre mis previsiones. Me sobresaltó como siempre me sobresalta ver su nombre en la pantalla del teléfono móvil. Porque utiliza un tono tan duro que parece que me culpa de todos los males imaginables. En esta ocasión, el tono iba a ser aún peor.
-Hola, Alberto, estoy indignada.
-Qué raro.
-Menos cachondeo. ¿Se puede saber qué le ha dado a tu periódico para empezar a atacar a Ábalos? Si es de lo mejor que hay en el PSOE y en el Gobierno. Si siempre ha dejado claro que está muy lejos de los independentistas. Y siempre ha representado a ese PSOE que no se avergüenza de su país. ¡Pero si es hasta taurino!
-A mi periódico, como tú lo llamas, no le ha dado nada extraño. Ha publicado unas informaciones veraces y relevantes sobre su reunión con la vicepresidenta del Gobierno de Venezuela. Una reunión que se produjo en un avión del aeropuerto de Barajas a las doce de la madrugada. ¿No te parece relevante? Esto no tiene nada que ver con el independentismo, con el PSOE y con los toros.
-Ya estamos con Venezuela. Y ahora me dirás que todo esto es por Podemos, por su relación con el chavismo y todo eso que dice siempre la caverna mediática. No sabía que tu medio es uno más de la Brunete mediática contra el Gobierno.
Dejé pasar unos segundos para no enloquecer.
-A ver, vayamos por partes. Mi medio, como tú lo llamas, no está en ninguna caverna y no forma parte de Brunete alguna. Ha publicado una noticia, básicamente. A mí, particularmente, lo de la relación con el chavismo me importa tanto como la relación de la Familia Real con Arabia Saudí, por poner un ejemplo. La política internacional no es tan sencilla y aquí solo se usa de forma partidista. Se descontextualiza y se desvirtúa. Se miente. Pero ese es otro tema. Volviendo a lo dicho: a Vozpópuli no le ha picado nada para atacar a Ábalos.
-Pues a mí esto me parece una cacería. Y luego los del PP, Vox y Ciudadanos pidiendo hasta comisiones de investigación.
-Claro, porque hay unas cuantas cosas que aclarar. No me parece tan raro. De hecho, es necesario aclararlo todo. Lo lógico en un país normal.
-Aquí de normal nada, porque yo he leído y escuchado por ahí que la reunión no fue para tanto y que todo es una campaña de la derecha para desgastar al Gobierno.
-Amiga, tú eres muy de izquierdas. Quizás lo que ha pasado es que no has leído bien sobre el tema.
-¿Cómo que no he leído bien? ¿Acaso soy tonta y no sé leer por ser de izquierdas?
-No, perdona si me he expresado mal. Digo que los medios de comunicación que has consumido estos días, sean escritos, radiofónicos o televisivos, no han debido recoger bien la esencia del caso. La esencia, en puridad, es que esa reunión se produjo. Para mí, más en concreto, la esencia es que Ábalos mintió. Porque durante dos días negó a este periódico que se hubiera producido la célebre entrevista. Luego lo reconoció porque se vio obligado a ello. Y fue cambiando de versión compulsivamente. Al final, resultaba que fue solo, y cito textualmente, "un encuentro de 25 minutos".
-Pero si Pedro Sánchez dijo que había evitado un incidente diplomático.
Dejé salir la risa antes de continuar, quizás porque abrigaba la intención de enfadar un poco a mi amiga enfurecida.
-Eso es de traca. Y aunque eso fuera cierto, que lo dudo, la realidad es que el ministro no dijo la verdad y luego fue cambiando de versión.
-O dando más información.
-Quizás porque la que daba no era suficiente ni buena.
-Ya veo que no te bajas del burro.
-No estoy subido en burro alguno. ¿Y sabes qué me da pena?
-A ver, sorpréndeme.
-Me da pena que las exclusivas de un medio, sean sobre la reunión de Ábalos y la vicepresidenta de Venezuela o sean sobre cualquier otra cosa, no deberían ser juzgadas con prejuicios ideológicos. Y eso es lo que ocurre en este oficio tan bello como cainita. Los otros medios dan pábulo o no a una noticia según su propia ideología. Hasta ningunean al periódico que desveló los hechos sin citarlo. Algunos, incluso, en el colmo del ridículo, se dedican a vender la versión gubernamental aunque para ello tengan que echar por tierra el trabajo de la competencia. Y otros denuncian conspiraciones judeomasónicas. Pero los hechos son los hechos. En este caso ha quedado demostrado. Menos mal que otros, como por ejemplo Carlos Alsina, han hecho un trabajo impoluto con el caso.
-Qué exagerado eres. Se puede discrepar de una noticia, ponerla en cuestión o matizarla desde otros medios. Faltaría más.
-Estoy de acuerdo, pero no se puede hacer todo eso porque interesa al político de turno. Porque algunos, a este paso, van a publicar que la Tierra es plana con tal de beneficiar al Gobierno.
-Eres imposible. Adiós.
-Lo sé. Adiós.