Medios

Un 2017 complicado: los cinco asuntos que atormentan a las radios en este nuevo año

El contrato de estrellas radiofónicas como Carlos Herrera, el desgaste de algunos de los programas más emblemáticos de las Cadena SER o la falta de pegada de espacios como ‘El Transistor’, de José Ramón de la Morena, son asuntos que preocupan a las compañías de este sector y que darán que hablar en este nuevo año…

  • Varios asuntos preocupan a las principales cadenas generalistas en este 2017

Detrás de los mensajes triunfalistas que lanzan las principales cadenas generalistas cada vez que se publica una oleada del Estudio General de Medios se esconde una realidad que no invita a manifestar tanto optimismo. El actual panorama radiofónico español está condicionado por la situación de un mercado publicitario que se ha reducido un 45% (i2P) desde que, en 2008, arreciara la crisis económica, algo que ha mermado las posibilidades de hacer negocio de las compañías del sector y les ha obligado a extremar la cautela a la hora de trazar cualquier plan de futuro.

Las radios generalistas se mueven actualmente dentro de un ecosistema en el que no sobran ni el dinero ni los locutores con ‘tirón’ mediático; y en el que el método de medición de audiencia (AIMC) siempre ha sido observado con suspicacias por la mayoría de las empresas. De cara a 2017 -y con este cóctel siempre en mente-, existen varios asuntos que quitan el sueño a sus máximos responsables y que bien podrían obligarles a convocar un gabinete de crisis dentro de unos meses. Algunos de los más relevantes son los siguientes.

Las mañanas de COPE

La llegada de Carlos Herrera a la Cadena COPE, en 2015, hizo que la radio de la Conferencia Episcopal pusiera fin a larga la travesía por el desierto en la que se sumió cuando Federico Jiménez Losantos abandonó la empresa, en 2009. El locutor andaluz logró incrementar en un millón de oyentes la audiencia de la franja matinal de esta cadena y ayudó de forma decisiva a que arrebatara a Onda Cero la segunda posición de la cadena generalista.

Sin embargo, la audiencia de este programa se ha estancado en los 2 millones de seguidores diarios y parece difícil que aumente en el corto plazo, a tenor de la evolución que se ha podido observar en las últimas oleadas del EGM y de los números que consiguió Herrera durante sus últimos años en Onda Cero, que se movieron en ese entorno.

Por otra parte, el contrato de Carlos Herrera finaliza en 2018 y, aunque la lógica invita a pensar que renovará con COPE, la sombra de una posible retirada planeará inevitablemente sobre los altos despachos de la radio de la Conferencia Episcopal hasta que se confirme esta noticia.

El desgaste de la SER

Pocas cosas hay más indiscutibles en el panorama radiofónico que el liderato de la SER. La cadena de Prisa ha ostentado la primera posición entre las generalistas españolas durante los últimos años y no parece que la vaya a perder ni a corto ni a medio plazo. Sin embargo, algunos de los buques insignia de su parrilla han dado señales de agotamiento durante los últimos tiempos, como Hoy por hoy, Hora 25 o Carrusel Deportivo, lo que podría comprometer el futuro de esta compañía.

De cara a 2017, sus directivos no han anunciado ningún movimiento de sillas importante dentro de la cadena, pero ya han expresado a su plantilla su intención de incrementar sus beneficios. Como ha ocurrido en los últimos años, por la vía de los recortes de costes y, muy presumiblemente, salariales.

¿Qué pasa con De la Morena?

Onda Cero anunció hace unos meses la incorporación de José Ramón de la Morena a su plantilla, en el que fue el movimiento más sonado en la radio durante el año pasado. El periodista que lideró su franja desde 1995 hasta 2016, en Prisa Radio, desembarcó en una emisora cuya audiencia estaba hundida en ese momento del día. Durante sus primeros tres meses al frente de El Transistor consiguió duplicarla. Eso sí, obtuvo unos registros inferiores a los de sus principales competidores, Manu Carreño (El Larguero, Cadena SER) y Juanma Castaño (El Partidazo de COPE), lo que resultó ciertamente decepcionante.

El objetivo que se ha marcado Onda Cero para esta primera temporada es el de rebasar la barrera de los 500.000 oyentes. Pero, a tenor de los datos de la última oleada del EGM de 2016, parece difícil que en el corto y el medio plazo se aproxime a los números que consiguió durante sus últimos años en al SER.

¿Se producirá al fin el ‘sorpasso’ en deportes?

Cuando Paco González y su equipo aterrizaron en la Cadena COPE en 2010, lo hicieron con el objetivo de desbancar a Carrusel Deportivo de la primera posición de la radio deportiva durante los fines de semana. Seis años después, y a pesar de las turbulencias que han afectado al programa de la SER –con varios cambios de presentador-, no lo han logrado, pese a la cuantiosa inversión que realizó la radio de la Conferencia Episcopal en su fichaje.

Los últimos datos invitan a pensar que en 2017 podría producirse por fin el ‘sorpasso’, aunque no será fácil y dependerá, en buena parte, de la capacidad del nuevo director de Carrusel Deportivo, Dani Garrido, de retener a su audiencia actual.

Durante la jornada de los sábados, Tiempo de Juego es líder, con 1,45 millones de oyentes, frente a los 1,33 millones de su rival. Ahora bien, los domingos el espacio deportivo de la SER registra 1,66 millones de seguidores, frente a los 1,44 del de COPE.

La deriv de RNE

Radio Nacional de España vive desde hace varios años a la sombra de las cadenas privadas de radio. Su última gran crisis la vivió en 2012, cuando su nueva Dirección decidió cesar a gran parte de los locutores de su parrilla y su audiencia se desplomó: perdió 450.000 oyentes en tan sólo 3 meses.

Desde entonces, ha ocupado la cuarta posición entre las cadenas generalistas, a una distancia considerable de su principal rival, Onda Cero (2 millones – 1,2 millones de oyentes, respectivamente), que no atraviesa precisamente por el mejor momento de su historia en audiencia.

Salvo que los gestores de RTVE tengan en mente introducir grandes cambios en su parrilla o realizar una inversión que no parece viable, RNE está condenada a ocupar esta posición durante los últimos años. Es decir, a estar a la sombra en audiencia e influencia de las empresas privadas, que hoy se disputan la totalidad de la inversión publicitaria.

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