La crisis del coronavirus ha disparado la audiencia de los medios de comunicación, pero ha afectado ostensiblemente a su facturación publicitaria. Entre otras cosas, porque varias empresas han cerrado el puño y han retirado las campañas que tenían previstas, ante la paralización del país y el daño económico que ha sufrido su sector. En estas circunstancias, la Asociación Española de Radios Comerciales (AERC) ha pedido al Gobierno el establecimiento de un plan de ayudas públicas.
Esta agrupación engloba a las principales empresas del sector, entre las que se encuentran la SER, COPE y Onda Cero. En un comunicado difundido este viernes, han incidido en que la radio es, “ahora más que nunca, un servicio público esencial para la sociedad” y una herramienta que ayuda a lanzar a la sociedad mensajes que ayudan a contener la pandemia. ”Para ello, las cadenas se ven obligadas a incrementar la oferta informativa al máximo de sus capacidades productivas, y así poder así atender la demanda social de información y cooperación con las instituciones públicas y sanitarias”, han apuntado.
Ante esta circunstancia, y ante el escaso volumen de publicidad que han recibido en los últimos días, han reclamado al Ejecutivo “un plan específico de ayudas e incentivos a las radios comerciales, que remedie su situación, en tanto persista la casi ausencia de publicidad en medio de esta emergencia nacional”.
No dan respuesta a las radios comerciales
A su juicio, el paquete de medias económicas aprobado el pasado 17 de marzo por el Gobierno de España no da respuesta a las necesidades de las radios comerciales, que son medios de comunicación cuya singularidad hace “muy complicado” presentar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), “toda vez que, sin el trabajo de los profesionales, sería imposible emitir una programación comprometida con el servicio público”.
La de las radios no es la primera asociación del sector que eleva una queja por la situación generada por el coronavirus. El pasado miércoles, la patronal de la prensa, AMI, lamentó que Correos dejara fuera de su 'servicio postal universal' el reparto de suscripciones de periódicos, lo que, a su juicio, mina las posibilidades de informarse de la población que no tiene acceso a los quioscos.