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“Decencia”: la palabra que retumbó en el Senado tras el pacto para politizar RTVE

Fue un discurso rotundo, de esos que se pronuncian con tanta pasión que ni siquiera hace falta pararse a tomar aire. Su autor fue Juan Jesús Buhigas, candidato a presidir

  • Rosa María Mateo -

Fue un discurso rotundo, de esos que se pronuncian con tanta pasión que ni siquiera hace falta pararse a tomar aire. Su autor fue Juan Jesús Buhigas, candidato a presidir Radiotelevisión Española que quedó excluido del pacto al que llegaron hace tres semanas PSOE, PP, Unidas Podemos y PNV para repartirse los asientos del Consejo de Administración de Radiotelevisión Española. El aspirante leyó un titular de este periódico que afirmaba: “El Senado cita a los perdedores del concurso de RTVE para que expongan sus proyectos”. Lo hizo porque no compartía eso de que formara parte de "los perdedores".

Buhigas estaba en la lista de 20 candidatos que fueron elegidos por un Comité de Expertos como los potenciales vocales del Consejo de RTVE, dentro de un concurso público convocado por el Parlamento. En su intervención en el Senado, puso sobre la mesa los méritos que había hecho para ser elegido y pronunció una frase lapidaria: “Nosotros no somos los perdedores. Somos los ganadores del proceso”.

Suavemente me matas, debió pensar al escuchar las intervenciones -anteriores a su turno de palabra- de los portavoces popular y socialista, 'soldados rasos' de los partidos que manipularon el citado concurso público. El primero incidió en la necesidad de apartar de su cargo cuanto antes a Rosa María Mateo, mientras que el segundo valoró la credibilidad que –a su juicio- han recuperado los informativos de RTVE desde que Pedro Sánchez llegó a Moncloa. Se supone que tenían la oportunidad de preguntar a los aspirantes por sus proyectos de gestión, pero, ¿para qué ponerse a trabajar y leerlos cuando se pueden decir generalidades?

Más allá de todo esto, ambos obviaron intencionadamente un dato, y es que el acuerdo político que alcanzaron a finales de febrero no tuvo en cuenta el veredicto del Comité que examinó a los candidatos. Al contrario: los partidos antepusieron a los consejeros afines a su causa a los mejor capacitados para ejercer el puesto.

Puntuaciones del concurso para presidir RTVE

Un buen ejemplo es el de Buhigas, a quien los ‘evaluadores’ asignaron 48,1 puntos por sus méritos profesionales y 24,65 (sobre 30) por el proyecto que presentó, en el que exponía la estrategia que debería seguir RTVE en los próximos años para cumplir con el servicio público que tiene encomendado. Quedó el número 13 de la lista de 20 aspirantes, que estuvo encabezada por la fallecida Alicia Gómez Montano, con 62,32 puntos por su currículum y 21,25 por su plan de gestión.

Ahora analicemos el caso de Concepción Cascajosa, quien fue seleccionada por los firmantes del acuerdo político pese a que obtuvo 17,5 puntos por méritos y 6 por su proyecto de gestión. Dentro del concurso, quedó en el puesto 86.

Mención especial merece también el caso de Elena Sánchez, quien ejerció hasta el año pasado de secretaria general corporativa durante la desastrosa etapa de Rosa María Mateo y quien fue acusada por los ‘examinadores’ de plagiar la Wikipedia para elaborar su proyecto. Pero claro, tiene buena relación con el PSOE. Entre otras cosas, porque su marido, Pablo Mansilla, fue director general de Instituciones Penitenciarias con los socialistas en Moncloa. Y eso fue lo que pesó en los autores del acuerdo político para renovar el Consejo.

También fue especialmente expeditivo en su intervención Agustín García Matilla, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad, quien afirmó, sobre el pacto partidista: “Estos hechos han causado estupor e incredulidad entre los propios candidatos y entre las muchas personas que han seguido este proceso”.

Como colofón a su intervención, citó al filósofo Emilio Lledó, quien dijo: “El político debe ser decente y honesto. Quien fabrica mentiras acaba por convertirse a sí mismo en una mentira”. García Matilla no pronunció la frase entera, pero reclamó decencia a sus señorías. Y esta última palabra retumbó en la sala.

Manipulación política

Algunos de los candidatos convocados por el Senado ni siquiera han acudido a la llamada de la Cámara Alta para exponer sus proyectos. Uno de ellos reconocía hace unos días –en conversación telefónica- que no iba a participar en esa “tomadura de pelo”, pues le parecía inaudito que antes de la conclusión del concurso público ya se conociera el resultado.

Especialmente expeditivo se mostró Juan Manuel Romero, veterano trabajador de RTVE, que durante su turno de palabra recriminó a los portavoces de los partidos políticos que convocaran un concurso, hicieran un proceso de selección y que, al final, como no les contentó el resultado, no lo tuvieran en cuenta y eligieran a otros finalistas, más de su “gusto”.

En estos primeros días de comparecencias, son varios los candidatos que han hecho referencias más o menos contundentes sobre la manipulación del concurso público y el malestar que les ha generado. Otros, se han limitado a exponer sus méritos.

Lo cierto es que el proceso no servirá para nada, pues los senadores ya han recibido desde los cuarteles generales de los partidos la lista con los cuatro candidatos que deben votar dentro de unas semanas.

Entre tanto, La 1 y el Grupo RTVE lograron su mínimo histórico en febrero y Rosa María Mateo y su equipo directivo siguen al frente de la corporación, sin tener que dar explicaciones al Consejo de Administración sobre la forma en la que gestionan 1.100 millones de euros anuales. Básicamente, porque este órgano lleva dos años y medio disueltos.

No se puede decir que durante este período de descuento, antes de que abandonen su puesto, han renunciado a tomar decisiones de calado. De hecho, este mismo viernes anunciaban la compra de los Juegos Olímpicos de Verano, que ascenderá a algo menos de 50 millones de euros tras una larga negociación.

Esto podría haberse hecho oficial cuando José Manuel Pérez Tornero fuera confirmado como presidente, pero es que a alguno –o más bien a alguna- le hacía especial ilusión ponerse la medalla. Así funcionan las cosas por allí. Y así funcionan España.

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