Los nervios están a flor de piel. Nos abruma el miedo a lo desconocido. Son estos días de muchas llamadas y videollamadas en busca de consuelo y alegría. No podía faltar ella.
-Hola, Alberto, estoy muy preocupada.
-Hola, amiga, yo también lo estoy, porque esto del coronavirus es un enorme horror. Más de 700 muertos en las últimas 24 horas. Esto no hay quien lo aguante.
-No, no, si eso está claro y estoy de acuerdo, pero yo te decía que estoy preocupada por lo que está pasando en televisión.
-¿A qué te refieres?
-A que a este paso pronto las televisiones dejan de emitir.
-El negocio está amenazado, eso es así, pero no va a ser para tanto.
Tenía que tranquilizar a mi amiga enfurecida porque estaba demasiado nerviosa.
-Ayer leí en Vozpópuli que por esta crisis las grandes empresas de medios han bajado 1.300 millones de euros en capitalización bursátil. Lo contaba precisamente tu amigo Rubén Arranz.
-En primer lugar, Arranz no es mi amigo. Y en segundo lugar, que es lo importante, el artículo también contaba que tanto las televisiones como los periódicos están ya pidiendo ayudas a los poderes públicos, porque este negocio se derrumba precisamente cuando la gente más se está informando. Además, también se mencionaba la madre del cordero, que es la pérdida de ingresos por la falta de publicidad. Ese impacto está siendo terrible. Nadie quiere anunciarse porque nadie puede vender mientras esto dure.
-Son tremendas las consecuencias, pero no sólo para el negocio, también para los que somos adictos a la tele. ¿Sabes que se ha pospuesto el estreno de Patria en HBO?
-Lo sé. Una pena, habrá que esperar.
-Ya. Y la crisis también está afectando al doblaje. Por ejemplo, este lunes Fox no emitió el nuevo capítulo de The walking dead porque no se pudo doblar. Pasará lo mismo con Homeland y otras series que sigo. Tiene huevos, no podemos salir de casa y se nos joden hasta las mejores series.
-También puedes verlas subtituladas. Eso no es un drama.
-No será tan dramático para ti, yo quiero a los personajes con las voces de siempre. Además, muchas series, incluida la propia The walking dead, están posponiendo los rodajes o dejándolos a medias por el dichoso coronavirus. Menos mal que nos queda Netflix, aunque por supuesto no han hecho ni caso a tu propuesta de adelantar el estreno de La casa de papel.
-Era de esperar. Lo tendría que haber dicho un youtuber y las cosas serían diferentes.
Ambos reímos ante la evidencia de nuestra pequeñez.
-En todo caso, querido, en esta crisis también hay que sacar alguna lección positiva para la televisión.
-¿Cómo cuál?
-¿No has leído lo de Muñoz Molina hoy en El País? Se titula "El regreso del conocimiento" y habla de lo bueno que es que ahora haya expertos hablando en la tele en lugar de tantos tertulianos que dicen saber de todo.
-Vaya día de lecturas que llevas hoy, pero tengo que leerlo, sí.
-Hay una frase de su artículo que no me quito de la cabeza porque me parece genial: "En los programas de televisión donde hasta hace nada reinaban en exclusiva charlistas especializados en opinar sobre cualquier cosa en cualquier momento, ahora aparecen médicos de familia, epidemiólogos, funcionarios públicos que se enfrentan a diario a una enfermedad que lo ha trastocado todo y que en cualquier momento puede atacarlos a ellos mismos".
-"Charlistas especializados en opinar sobre cualquier cosa en cualquier momento". Me gusta, sí. Aunque también hay tertulianos, justo es decirlo, que solo hablan cuando saben de algo y que siempre se preparan los temas.
-Eso es la minoría, no me jodas. Lo que más hay en la tele son charlatanes. En la radio es diferente.
-Puede que tengas razón. En todo caso, Muñoz Molina se equivoca. Porque, amiga, cuando todo el negocio televisivo se desmorone, quedarán los tertulianos habituales. Salen más baratos que hacer contenidos propios de calidad y, además, las tertulias siguen de moda porque los espectadores se identifican con los que debaten. Además, en el oficio hay muchos favores que pagar. Mira, por ejemplo, lo de Televisión Española, donde se paga con dinero público a muchos amigos del poder. Allí los políticos colocan a directamente a sus peones para que defiendan sus intereses. Los tertulianos no desaparecerán en mucho tiempo. Ya lo verás.
-Ojalá te equivoques, amigo.
-Ya lo veremos. En todo caso, si no te gustan las tertulias, también tienes otras opciones. Hablamos. Cuídate.
-Hablamos. Cuídate y quédate en casa.