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Cebrián declara la guerra a 'The New York Times' por su interés en México, su gran bastión en Latinoamérica

Pocos días después de que ‘The New York Times’ publicara un duro reportaje que cuestionaba la independencia de la prensa española, ‘El País’ le ha asestado un duro golpe con un artículo en el que cuestiona su viabilidad económica. En el reportaje, el periódico de Prisa deja entrever que la causa de su malestar con el rotativo estadounidense, que no es otra que su intención de expandir sus negocios a México, país clave para la compañía presidida por Juan Luis Cebrián.

  • El presidente ejecutivo del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián

Los intereses de Prisa y de The New York Times se han cruzado en México y eso ha hecho que se activen las alarmas en la planta noble del grupo presidido por Juan Luis Cebrián. El país centroamericano tiene una notable importancia en los negocios periodísticos y editoriales de este holding de medios de comunicación, de ahí que la intención de los responsables del rotativo estadounidense de adentrarse en su territorio haya sido vista en la compañía de los Polanco como una amenaza para sus empresas. El desasosiego de sus dirigentes se ha hecho visible este jueves a través de un artículo publicado en El País, en el que se informaba de las dificultades a las que se están enfrentando los dueños de la cabecera neoyorquina para expandirse por Latinoamérica a causa de sus problemas económicos. Es decir, Cebrián ha vuelto a utilizar su diario de cabecera para asestar un golpe a uno de sus rivales.

La noticia desvela que, tras el "frustrado intento" de los Ochs Sulzberger de implantar su periódico a Brasil, su intención es la de inaugurar una edición digital en México, un país al que llegarían con el apadrinamiento de Carlos Slim. El dueño de Telmex entró en el accionariado del diario en 2009, cuando más apretaba la crisis en la prensa escrita, y actualmente dispone del 12% de sus acciones. Ahora, parece que se ha propuesto que 'The New York Times' comience a distribuirse en su país. Esto implicaría un movimiento de expansión que este jueves ha recibido un dardo envenenado por parte de una empresa de la que posee aproximadamente el 1% de sus participaciones: Prisa.

'El País' asegura que 'The New York Times' no ha lanzado una edición digital en México por sus dificultades económicas

Muy lejos se ve ahora ese 19 de noviembre de 2011 en el que El País anunció la entrada de Slim en su compañía editora con la compra de 14,7 millones de títulos. La fuerza con la que el mexicano había invertido en el sector de los medios de comunicación hacía prever que su peso en Prisa aumentaría con el tiempo. Pero, pocos meses después, la empresa comandada por Cebrián se vio obligada a refinanciar su deuda para evitar la quiebra y Slim no quiso suscribir una parte de los acuerdos por los que se emitían bonos convertibles en acciones. Tampoco puso sobre la mesa los 100 millones de euros que tenía pensado invertir, lo que certificó su pérdida de interés en la compañía, cuyas obligaciones con sus acreedores ascendían a 3.200 millones de euros en ese momento. En agosto de 2014, dejó de ser accionista significativo y, actualmente, cuenta con una participación residual.

Por contra, en The New York Times ha ganado terreno progresivamente desde su entrada, hasta el punto de convertirse el pasado enero en su primer accionista, al aglutinar el 16,8% de los títulos. Actualmente, su participación ha descendido hasta el 12,33%, según el texto publicado este jueves por El País. No obstante, su fuerza en este periódico, uno de los más influyentes del mundo, sigue siendo muy significativa.

México: un conflictivo cruce de caminos

Pero los tentáculos empresariales de Prisa en México se expanden más allá de Carlos Slim. Sólo hay que mirar la cuenta de resultados de la compañía para cerciorarse de que, sólo con la editorial Santillana, ingresó 64 millones de euros entre enero y septiembre en ese país. Por su parte, su división de radio cuenta allí con 1,5 millones de oyentes y es la tercera extranjera más escuchada. El País dispone de una importante redacción en ese Estado y el diario As tiene una edición específica para México desde el pasado mayo.

Sus relaciones con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) son más que cordiales. De su Consejo de Administración forman parte el expresidente Ernesto Zedillo y el empresario Roberto Alcántara Rojas, que el año pasado invirtió 100 millones de euros en Prisa y al que se considera -según han publicado varios medios mexicanos- como uno de los protegidos del Gobierno de Enrique Peña Nieto. También están en la órbita del PRI Anuar y Luis Maccise, dueños del Grupo Mac Multimedia, con el que Prisa rubricó en 2013 un enigmático acuerdo para el intercambio de contenidos entre sus medios de comunicación del que apenas si trascendieron detalles y que se interpretó como una maniobra de acercamiento al partido que ostenta el poder en este Estado centroamericano.

Mientras Prisa coquetea con el partido del poder y se mueve con soltura entre su grupo de empresarios intocables, su próximo rival en México, Slim, mantiene una relación más que tirante con Peña Nieto. Sin ir más lejos, el año pasado el multimillonario tuvo que desmembrar su empresa de telecomunicaciones América Móvil tras las polémicas restricciones impuestas por el Ejecutivo a su actividad, casi monopolística.

A sabiendas de la postura de Slim, cabe preguntarse si The New York Times adoptará una línea editorial contraria a Peña Nieto cuando culmine su desembarco en este país. En ese caso, se posicionaría en una trinchera contraria a El País, que exhibe un indisimulado apoyo al PRI.

'The New York Times' publicó recientemente un artículo en el que atacaba la dependencia de la prensa española de los poderes político y económico

El polémico artículo sobre la prensa española

El ataque de Juan Luis Cebrián a la Dama Gris se ha producido tan sólo unos días después de que el diario estadounidense publicara un extenso reportaje en el que criticaba la dependencia de los medios de comunicación españoles de los poderes políticos y económicos. En el texto, figuraba una referencia indirecta al Grupo Prisa a través de unas declaraciones de Miguel Ángel Aguilar, histórico columnista de El País que fue despedido tras la salida a la luz de este artículo.  "Los periódicos están en manos de sus acreedores y también en las de un Gobierno que ha ayudado a convencer a los acreedores que la prensa debe mantenerse con vida en lugar de dejarle morir de asfixia a causa de sus deudas", afirmaba.

Con estas palabras, el periodista se refería al holding de medios de comunicación fundado por Jesús de Polanco, que hace dos años refinanció un gigantesco pasivo de 3.200 millones de euros y evitó la quiebra, tras una compleja negociación con sus acreedores en las que Soraya Sáenz de Santamaría jugó un papel importante para convencer a la banca de que accediera a capitalizar su deuda.

Este jueves, la patronal de los editores de prensa españoles, AEDE, ha emitido un comunicado en el que ha mostrado su oposición a los argumentos que se exhiben en este artículo y ha valorado "la calidad de la libertad de prensa en España". Esta asociación, que destacó por su enfervorizada defensa del canon que los dueños de los periódicos querían cobrar a Google por utilizar sus contenidos, está presidida por José Luis Sainz, el consejero delegado de Prisa.

Lo que queda claro es que las relaciones entre Prisa y The New York Times se han roto por completo, tal y como se demuestra en el ataque realizado este jueves por Prisa y en la decisión de Juan Luis Cebrián de no publicar más el suplemento semanal de 12 páginas con artículos de este periódico, revelada por Infolibre y confirmada a Vozpópuli a través de fuentes oficiales de la cabecera norteamericana. Su gran frente de batalla a partir de ahora estará en México, un país estratégico en el que les separan diversas razones políticas y empresariales.

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