Radiotelevisión Española adquirió los derechos audiovisuales de la Copa del Mundo de fútbol femenino a través de la Unión Europea de Radiodifusión y abonó una cantidad que las fuentes internas consultadas por este periódico estiman en algo más de 1 millón de euros. Es una inversión escasa si se tiene en cuenta que el campeonato masculino de Catar 2022 costó 32 millones de euros.
Su rentabilidad ha sido evidente, principalmente, porque el combinado nacional venció en el campeonato y eso atrajo la atención de la mayoría de los espectadores de la televisión. RTVE pagó por cada partido del Mundial masculino 1,68 millones de euros. Los derechos audiovisuales de la copa femenina han costado mucho menos que eso. El público ha acudido a la televisión pública para ver la competición futbolística y eso ha perjudicado a las cadenas privadas, con mención especial a Telecinco.
La final del pasado domingo la siguió el 65,7% de la audiencia, con una media de 5,5 millones de espectadores, lo que supuso un dato muy elevado para un domingo por la mañana del mes de agosto, cuando el consumo de televisión alcanza mínimos anuales.
Sea como sea, el choque contra Inglaterra no representó un éxito aislado, sino que la participación de las españolas obtuvo un buen seguimiento durante todo el campeonato. El partido contra Suecia de las semifinales lo vio el 45,4% de la audiencia. El que enfrentó a las españolas y a Países Bajos, el 27,4%; el de Suiza, el 37,1%; el de Japón, el 18,6%; el de Zambia, el 20,6%.
El debut contra Costa Rica fue seguido por el 13,3% de los espectadores. Fue el único que se emitió por La 2. A partir de ahí, los directivos de RTVE decidieron que los encuentros de la selección femenina se ofrecieran por el principal canal.
El doble dígito de La 1
El éxito ‘inesperado’ de La 1 con este campeonato, y la buena acogida que ha tenido entre el público un clásico como Grand Prix, unido a la regularidad de franjas como la vespertina, han hecho que la primera cadena se encuentre actualmente con un doble dígito de audiencia (10,3%) en el global de agosto, algo que hasta hace unos meses parecía inalcanzable.
Esta circunstancia ha tenido un impacto en Telecinco, cuyo desplome continúa y cuyos datos cada vez son peores. Este martes lo cerraba con un resultado de 8,2 puntos, a un mundo de Antena 3 (13,1%) y a gran distancia de La 1 (10,2%).
En el global del mes, acumula el 8,9%, es decir, cuatro décimas menos que en julio (9,3%), cuando se encendieron las alarmas porque el dato era muy inferior al del mes anterior (11%) y, desde luego, al de julio de 2022 (13,1%).
La audiencia de agosto del año pasado fue del 11%. En ese momento ya se hablaba de 'descenso preocupante' de la cuota de pantalla. Ahora, registra 2,1 puntos menos.
La peor audiencia en décadas
Hay que retroceder hasta 1990 para encontrar un resultado tan bajo de Telecinco. Entonces, su share no era tan representativo como en la actualidad, dado que la cadena de los Berlusconi se encontraba en los primeros meses de emisión y el público general todavía no había dado el salto desde la televisión pública -monopolística hasta ese momento- hasta la privada.
Desde mediados de la década del 2000, el canal fue líder durante la mayor parte del tiempo; sin embargo, a mediados de 2021 perdió esa condición y desde entonces ha perdido la confianza de una buena parte del público. Lo ha hecho además en un momento de máxima competencia en el mercado audiovisual, en el que las plataformas de pago acumulan varios millones de usuarios; y en el que una buena parte de los ingresos publicitarios han emigrado hacia Google y las redes sociales.
Una de las decisiones más trascendentales que tomó su nuevo consejero delegado, Alejandro Salem, fue la de eliminar de la parrilla de programación Sálvame y elaborar un código ético que supuso el veto -según publicaron varios medios- a algunos de los personajes sobre los que más se debatió en el programa.
La conclusión que extrajo la prensa especializada es que Telecinco se alejaba de la 'telebasura' y trataba de acercarse a nuevos públicos. Fue entonces cuando se anunció que Ana Rosa Quintana se haría cargo del hueco dejado por Jorge Javier Vázquez y los suyos en su parrilla de programación para realizar un magacín de actualidad.
Está por ver el éxito de esta apuesta o de la recuperación de Gran Hermano VIP para este próximo otoño. De momento, el verano ha sido el peor en más de 30 años y apuestas como La última noche no han dado buenos resultados.
Entre medias, la audiencia de La 1 ha mejorado ostensiblemente, algo a lo que también ha ayudado que en 2023 cuenta con el mayor presupuesto en más de una década.
Manchego no nacionalista.
A la telebasura le debe de pasar lo que a Berlusconi.... Pasar a mejor vida. Han echo mucho, pero que mucho daño, a los españoles.
Leonardo Da Vinci
😊