Se acabó. El presidente de Radiotelevisión Española (RTVE), Leopoldo González-Echenique, tira la toalla tras perder su último órdago frente al Ministerio de Hacienda y anunciará mañana su dimisión irrevocable. En línea con lo adelantado este lunes por Vozpópuli, varios medios aseguran hoy que su salida de la corporación no tiene vuelta atrás. Su gran valedora, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no parece dispuesta a socorrerle en el último instante.
Echenique se mostró el martes acorralado y casi derrotado, pero todavía atrincherado. En su comparecencia en el Congreso de los Diputados, instó al Gobierno otra vez a que aumente la asignación para el ente en los Presupuestos de 2015, eludió dar explicaciones sobre su plan de eficiencia, negó eufemísticamente que Teledeporte vaya a cerrarse y tampoco quiso referirse a su negro futuro en la casa y a las presiones que recibe para dimitir. Más allá de sus declaraciones en sede parlamentaria, fuentes de RTVE explican a Vozpópuli que Echenique planteó la semana pasada un órdago al Ejecutivo y estaba forzando la situación para vencer en el pulso que mantiene contra el Ministerio de Hacienda. Pero su derrota es ya obvia.
Tal y como ha ido informando este diario en los últimos días, el incierto futuro de RTVE y, por ende, el de Echenique están íntimamente ligados a dos asuntos de extrema urgencia, relacionados entre sí y que tienen que ver con el Ministerio que dirige Cristóbal Montoro. Por un lado, está la aprobación de un plan de eficiencia que incluye recortes como el cierre de Teledeporte. Y, por el otro, está el complejo debate en el Gobierno para decidir si se congela o se aumenta la partida para RTVE en los Presupuestos de 2015. En ambas cuestiones, como ha ido informando este diario, el presidente de la corporación choca contra el mismo obstáculo: las exigencias de Montoro. A cambio de una inyección de 130 millones de euros, Hacienda reclama más recortes y no quiere aumentar la asignación en las cuentas públicas.
La clave es que Echenique reclama a Hacienda más dinero en los Presupuestos y, al mismo tiempo, le ofrece recortes que por el momento resultan insuficientes
Esa postura de Hacienda provoca que a Echenique, cada vez con menos apoyos del propio PP en la corporación, se le agotase el tiempo. Este jueves el consejo de RTVE debe decidir si aprueba el plan de eficiencia mencionado. Y el viernes el Gobierno llevará al Consejo de Ministros el anteproyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La clave de bóveda es que entre bambalinas Echenique ha estado reclamando a Hacienda más dinero en las cuentas públicas y, al mismo tiempo, le ofrece recortes que por el momento resultan insuficientes. Su postura es que RTVE necesita urgentemente más asignación presupuestaria y, sin conocer dicha cuantía, difícilmente puede aplicar políticas de ahorro y elaborar una hoja de ruta.
Posturas irreconciliables, ultimátum y "último minuto"
Como puede verse, las posturas de Hacienda y Echenique parecen irreconciliables. La pelea es evidente, pasan los días y se acerca la hora de las decisiones. En ese contexto, el presidente de RTVE ha presionado a su manera. Fuentes del ente detallan que Echenique planteó al Ejecutivo un ultimátum la pasada semana. En concreto, el plazo era el viernes. Si antes de ese día, Hacienda no cedía y seguía sin apostar por incrementar la partida, él renunciaría a su cargo. Llegó el viernes y el departamento de Montoro no movió ficha. Pero Echenique no renunció en ese momento, sino que logró posponer la reunión del consejo y ganar tiempo. Por eso ayer, cuando le preguntaron por la partida presupuestaria para el ente en 2015, soltó esta frase: "Si mal no me equivoco, será este viernes cuando quedará reflejada la cifra. Muchas veces se deciden en el último minuto como las finales de los partidos de fútbol".
En el Congreso, Echenique achaca la falta de ingresos de RTVE a los recortes del Gobierno y saca pecho por el ahorro que ha conseguido en su tiempo como presidente
Y es que en su esperada comparecencia en el Congreso, Echenique intentó defenderse como gato panza arriba, a la desesperada. En todo momento echó balones fuera y señaló al Gobierno como responsable de una hipotética solución a los gravísimos problemas económicos que padece RTVE. Para empezar, se quejó de la "insuficiencia de ingresos" de la corporación y achacó la misma a "recortes del Gobierno". Además, tras señalar que son tiempos de "apretarse el cinturón", sacó pecho al destacar que en su tiempo como presidente ha logrado un recorte del 20% de los gastos. También hizo hincapié en que los ingresos por el cobro de tasas a las telecos han bajado un 40%, por lo que volvió a pedir "un ajuste en el modelo de financiación". Y cuando le insistieron en la asignación para RTVE en los PGE de 2015, dijo que eso es algo que se le debe preguntar al Ejecutivo.
En otras palabras, su gestión es muy buena, hay factores externos que perjudican a RTVE y la solución está en manos del Gobierno. Ni el más mínimo atisbo de autocrítica. Ni una sola referencia a posibles errores propios. Y, eso sí, dardos al Gobierno que, sin duda, están dirigidos a su gran rival: el Ministerio de Hacienda. En esa línea, de los labios de Echenique tampoco salió explicación alguna sobre los verdaderos motivos -ya explicados- por los que decidió posponer del lunes al jueves la decisiva reunión del consejo de administración de RTVE.
Echenique asegura ahora que nunca ha hablado de cerrar Teledeporte, sino de "integrarlo" en La 2 y emitir su señal a través de internet
El presidente de la corporación no detalló nada sobre sus medidas de ahorro. Y esto es curioso, sumamente curioso, si se tiene en cuenta que el plan de eficiencia debía aprobarse este lunes, lo que hace pensar que debería estar ya preparado. Eso sí, expuso una peregrina teoría sobre la desaparición de Teledeporte. A su juicio, nunca se ha hablado de cerrar el canal, sino de "integrarlo" en La 2 y emitir su señal en internet. O sea, la desaparición del actual canal. Igualmente, Echenique no pronunció ni una sola palabra sobre las diversas movilizaciones convocadas por la plantilla de la corporación. Todo lógico en alguien que cada vez está más solo, atrincherado y a punto de capitular tras dos años en su puesto.