Falta menos de un cuarto de hora para la una de la tarde cuando aparece Máximo Huerta en pantalla. La reinvención de Màxim, periodista, escritor, presentador y, al menos hasta hace un tiempo, propietario de una casa en la playa. Bajo su pecho, figura sobre-impresionado un rótulo que definía con cierta precisión el espíritu del programa que conduce en La 1 desde hace un par de semanas. “¿Debería tener el jamón su propio emoticono en el móvil?”. Cuatro tertulianos debaten unos minutos acerca de la tan compleja cuestión, fingiendo les interesa.
La tentación de apagar el televisor y largarse a hacer algo más provechoso, como ver una obra, es alta, pero decido darle una oportunidad al programa, que no ha tenido buenos resultados desde que se estrenó, hace un par de semanas. El día de su puesta de largo, logró una audiencia de 5,9 puntos. El pasado lunes, de 4,9, con 210.000 espectadores de media. No parece que las generaciones venideras vayan a hablar de esta tertulia veraniega como de un fenómeno de masas, ni a recordar la profundidad de debates como el relativo a la falta de capacidad de expresión que tienen los usuarios de teléfonos móviles en todo el mundo, al no disponer de un emoticono que represente el jamón ibérico.
El siguiente punto de la tertulia tiene que ver con otra cuestión palpitante: la espeta de sardinas malagueña, que la Junta de Andalucía quiere que sea declarada como patrimonio inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, en otra de las heroicidades políticas que nos regala el Estado autonómico. Una de las tertulianas, Espido Freire, se siente en la obligación de aclarar que las sardinas son “patrimonio inmaterial” porque, aunque existen, son efímeras. Vamos, que si no se pescan, mueren tarde o temprano por vejez, por depresión o por alguna eventualidad; y, si se pescan, o se comen o se pudren, pues polvo somos y en polvo nos convertiremos. “El espeto es inmaterial, al contrario que el Taj Mahal”, añade, ilustrativa. Didáctica.
Como se trata de hablar de todo un poco y no conviene descuidar los temas científicos, antes de finalizar el programa, los contertulios han charlado un rato sobre la llegada del hombre a la Luna –que para Iker Casillas fue todo un montaje, según han mostrado- y han disertado sobre el posado veraniego de Bibiana Fernández, decúbito lateral, con su bañador negro y su sombrero de paja, por si usted no lo sabía.
Un largo y tórrido verano
Este imprescindible espacio permanecerá en la parrilla durante todo el verano, al contrario que La 2 Noticias, en la que puede definirse como una de las decisiones más inexplicables que ha tomado el actual equipo gestor, encabezado por Rosa María Mateo, expresentadora de informativos. El pasado lunes, trascendía que este telediario no se emitirá durante seis semanas porque en RTVE falta personal técnico. Curiosa cuestión, pues la plantilla de la corporación asciende a más de 6.500 personas y ha aumentado en casi 200 durante los últimos años. En una buena parte de los casos, por los contratos que se han rubricado con periodistas, es decir, del perfil que no hace falta, pero el que siempre gusta, y mucho, entre políticos y grupos de poder. Evidentemente, por razones ideológicas.
Es difícil saber si faltan técnicos por alguna eventualidad, pero, desde luego, cuesta entender que una empresa que gasta anualmente 400 millones de euros de dinero público en su plantilla no pueda hacer un informativo de media hora -o de menos, si se quiere- por falta de recursos humanos.
Por cierto, que tampoco se puede decir que no haya técnicos en RTVE. Según los datos del sindicato USO, en la corporación trabajan actualmente 242 realizadores, 305 personas dedicadas a la edición y el montaje; 58 empleados de luminotecnia, 491 infografistas, 444 sonidistas, 156 asistentes de producción, 67 técnicos informáticos, 524 técnicos de equipos y sistemas eléctricos y 33 especialistas en montaje de equipos audiovisuales. Todos los canales de Mediaset se hace con 1.267 personas en convenio. En RTVE, hay más de 3.200 empleados en el Grupo II, que es donde se encuentran los técnicos. ¿De veras falta personal?
En cualquier caso, más allá de estas cábalas, y ciñéndose a lo que afirma la dudosa versión oficial, el poso que queda es que en RTVE no hay recursos para lo que necesita la corporación, pero sí para lo que necesitan quienes la manejan. Porque habría que ser muy iluso para pensar que el fichaje estival de Máximo Huerta no ha estado influido por la permanencia del PSOE en Moncloa. Y allí sabían que, tras su dimisión como ministro, Màxim tarde o temprano necesitaría proyectos. En éste, cobrará 46.800 euros en dos meses -según publicó El Mundo-, que no es poco. Ya se sabe que, en este país, siempre hay recursos para las buenas causas. La 2 Noticias no debe serlo. La del señor Huerta y su campaña a favor del emoticono del jamón ibérico, sin duda lo es.