Unos días antes de que la Asociación de la Prensa de Madrid denunciara las presiones que la cúpula de Podemos ejerce sobre los periodistas críticos, algunos de los afectados celebraron una reunión a la que asistieron varios directivos de la Asociación de Periodistas Parlamentarios y de la propia APM. En el encuentro, algunos de los participantes leyeron mensajes que incluían descalificaciones personales y amenazas para que no airearan determinada información que Pablo Iglesias y su equipo consideraban falsa o perjudicial para sus intereses. También hablaron de insultos y de campañas en las redes sociales concebidas para minar su “credibilidad” y “prestigio”.
“No publiques eso o te voy a destruir” o “no deberías escribir cosas como la de hoy, te degradan como persona” son dos de los SMS que los miembros del equipo de Iglesias remitieron a estos periodistas. En otra de las comunicaciones expuestas en la reunión, uno de los reporteros era advertido de las consecuencias a las que se enfrentaría si publicaba un artículo: “Eso que dices es cierto y no te cambiaría ni una coma, pero no te voy a permitir que hagas ese perfil”.
Los principales señalados por los dirigentes de Podemos son los periodistas de medios que, pese tener una línea editorial progresista, no comulgan con sus tesis. Entre ellos, se encuentran los que trabajan para el Grupo Prisa, al que la formación morada ha acusado en el pasado de emprender una "cacería" contra las fuerzas del cambio y de activar "la máquina del fango" para enturbiar su imagen.
Las claves de la reunión
A la reunión en la que se airearon estas amenazas, celebrada el pasado 27 de febrero en la capital madrileña, asistieron la presidenta y el vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Madrid, Victoria Prego y Nemesio Rodríguez, así como algunos miembros de la Junta Directiva de la Asociación de Periodistas Parlamentarios –entre ellos, Anabel Díez- y media docena de los denunciantes. Estos últimos pidieron que la APM no revelara su identidad en su comunicado, ante el temor de que Podemos y su entorno tomaran represalias contra ellos y de que los responsables de sus medios de comunicación les prohibieran cubrir los actos de la formación morada.
Durante la conversación, expusieron las coacciones que recibieron algunos de los presentes cuando trascendió la operación de compra-venta de una vivienda pública de la Comunidad de Madrid por parte de Ramón Espinar. Otro cronista habló del “boicot” al que le sometió recientemente Irene Montero –no le invitó a un briefing- tras publicar una noticia crítica con la portavoz.
“Eso que dices es cierto y no te cambiaría ni una coma, pero no te voy a permitir que hagas ese perfil”
Los participantes reconocieron que, de forma verbal, los responsables de Podemos les han recriminado su falta de “vergüenza”, “rigor” y “profesionalidad”. También su costumbre de “retorcer” los hechos para torpedear los intereses del partido. "Pensaba que eras mala, pero eres aún peor", reprendió un miembro del partido a una de estas informadoras, en sus palabras.
También aludieron al artículo que firmó Vicenç Navarro, miembro de la Ejecutiva de Iglesias, el pasado 14 de febrero en el diario Público, en el que acusaba a varios medios de comunicación de “desinformar” y “manipular” a la hora de presentar el Congreso de Vistalegre. “El País, que lideró esta mezquindad, publicó que el conflicto se asemejaba a la lucha entre Stalin y Trotski; El Periódico indicó que la asamblea comenzó “con el alma en vilo y el barro hasta las rodillas”, presentando la lista de miembros del Consejo Ciudadano propuesta por Iglesias como “una ‘camarilla’ que le tienen ‘secuestrado’”; La Vanguardia, que profetizó el colapso de Podemos, presentó a Iglesias como un bolchevique dispuesto a realizar purgas; y así un largo etcétera”.
Sobre una de estas periodistas, Pablo Iglesias aseguró unos días antes, en tono irónico y en el programa Al Rojo Vivo (La Sexta) lo siguiente: “estupenda información (…), magnífica profesional”.
Las redes sociales
Las coacciones que la cúpula de Podemos ejerce a través de las redes sociales también se expusieron en esta reunión. Entre los casos que se citaron se encuentra el de un conocido cronista parlamentario que, el pasado noviembre, señaló en Twitter que Pablo Iglesias había intervenido en la tribuna del Congreso de los Diputados “con una mano en el bolsillo”. El líder de la formación de izquierdas, tras finalizar su intervención, le respondió lo siguiente: “Me entusiasma que te preocupen más mis manos a que el Gobierno desoiga al Parlamento. Felicidades por tu trabajo”. En otro mensaje, Iglesias añadió: “fíjate bien en la marca de los relojes de los ministros y sonríe”. Tras la publicación de este tuit, varios usuarios la emprendieron contra el periodista.
Vozpópuli ha contactado con fuentes oficiales de Podemos para obtener su versión sobre las acusaciones que han recibido los miembros de su cúpula, pero han declinado hacer comentarios al respecto. En cualquier caso, Iglesias ha animado este martes a los afectados a que acudan a los tribunales. "Que se amenace a alguien es un hecho gravísimo, por tanto, los jueces tendrán que intervenir y sería sensato que todas esas informaciones y documentos se pusieran en manos de un juez", ha afirmado.
La portavoz parlamentaria del partido, Irene Montero, ha manifestado, al respecto, que "no se siente reconocida" en el comunicado de la APM y ha negado la mayor sobre las amenazas e intimidaciones denunciadas.
En el entorno de los denunciantes llama la atención la actitud de los dirigentes de Podemos en este sentido, dado que no ha sido la primera vez que las asociaciones profesionales han hecho público su malestar por su actitud ante la prensa. De hecho, el pasado abril, la Asociación de la Prensa de Madrid condenó “rotundamente” el ataque de Iglesias contra el periodista de El Mundo Álvaro Carvajal en una conferencia de prensa.
Hace unas semanas, la Asociación de Periodistas Parlamentarios solicitó una reunión con los responsables del partido ante la beligerancia con la que se habían empleado contra otros reporteros. El encuentro no se celebró, puesto que Podemos no respondió a la petición, según relatan fuentes conocedoras de estos contactos.