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¿Nacidos para ganar? Iglesias y Errejón se enfrentan a la prensa que habla de la decadencia de Podemos

Íñigo Errejón

La prensa escrita ha pasado en tan sólo unas semanas de considerar a Podemos como partido con opciones de gobernar España a verlo como una formación de izquierdas cuya máxima aspiración es la de conseguir pequeñas cuotas de poder a base de conformar alianzas con otras fuerzas progresistas. El lobo que había llegado para devorar los principios de la Constitución de 1978 no es tan fiero ni temible, y sus posibilidades de cambiar el sistema son más bien escasas. O nulas. Desde que la última encuesta del CIS reflejara la caída de la popularidad que han sufrido Pablo Iglesias y los suyos, han sido varios los periódicos generalistas que han asegurado que el partido ya ha vivido sus mejores días y que, a partir de ahora, deberá sobrevivir en el farragoso espacio en el que cohabitan los actores secundarios de la política. Pero sus líderes se niegan a reconocer en público esta decadencia y ratifican que su misión es la misma ahora que hace unos meses: llegar a la Moncloa.

Pablo Iglesias oficializaba hace unas horas su regreso de las vacaciones en una rueda de prensa en la que dejaba claro que el objetivo de su partido para las próximas elecciones generales es el de ganar. En su intervención ante los medios de comunicación, defendía el ADN transformador de su partido y descartaba que se hubiera acercado al PSOE de Pedro Sánchez. "El PSOE está trabajando en otra dirección a la nuestra, y en contra de sus bases", de modo que, en caso de pactar, lo hará con el PP antes que con Podemos, destacaba.

Para 'El País', Podemos se encuentra en "un laberinto del que no parece encontrar la salida"

La grandilocuencia de su discurso contrasta con el pesimismo sobre el futuro del partido que se ha transmitido desde las principales cabeceras nacionales en los últimos días. Especialmente comentado ha sido el editorial de El País titulado El dilema de Podemos, en el que el diario dirigido por Antonio Caño afirmaba que la formación política se encuentra en un laberinto del que no parece encontrar la salida.

"No es razonable disfrazarse de socialdemócratas en España o coquetear con el independentismo en Cataluña porque los electores prefieren votar al original y no al sucedáneo", destacaba el periódico, refiriéndose a la fallida estrategia de su cúpula, consistente en configurar un programa político más cercano a la socialdemocracia que a la izquierda radical de la que proceden sus líderes.

En respuesta a este artículo del rotativo de Prisa, Íñigo Errejón publicaba el sábado una carta en la que atacaba con dureza al diario y al papel que ha jugado desde su fundación en la sociedad española. "El editorial no describe una situación dada, sino que milita y trabaja por ella. No estamos ante la opinión o valoración de un columnista, sino ante la posición oficial de un periódico que ha sido durante tres décadas uno de los más importantes intelectuales colectivos del régimen de 1978 y, en concreto, el que se ha encargado de la integración de los sectores progresistas en él", exponía.

En su misiva, la mano derecha de Pablo Iglesias denunciaba la existencia de "un movimiento fundamental por parte de los creadores del régimen" para cortar de raíz la trasversalidad que propone Podemos. "Sus hacedores de encuestas intentan enclaustrar, segmentar, fragmentar o redirigir la voluntad de cambio (...) Se trata de minar los ánimos del inmenso caudal de mujeres y hombres que militan por el cambio en sus pueblos, barrios o centros de trabajo. Y desincentivar a los que simpatizan pero son más proclives a sumarse a las fuerzas ganadoras o en ascenso", sostenía.

La prensa incide en que los enfrentamientos internos en Podemos, su giro hacia el centro y Grecia han restado popularidad al partido

Las causas de la caída de Podemos

Las tesis que se podían observar este lunes en El Mundo se asemejaban más a las de El País que a las de Iglesias y Errejón. En su sección de opinión, se destacaba su tendencia a la baja y se analizaban las causas de su desplome, entre las que se situaba su giro hacia el centro político, la "pérdida de frescura" de Pablo Iglesias y los conflictos internos entre la actual ejecutiva y Juan Carlos Monedero, Teresa Rodríguez o Pablo Echenique. También se atribuía una importancia fundamental a "la experiencia griega" con Syriza, partido hermano de Podemos que ha fracasado en su intento de gobernar contra las máximas instituciones económicas europeas y mundiales.

Una parte de estos argumentos los respaldaba ABC en sus páginas. "Los roces internos (...), la división por las elecciones andaluzas donde sólo obtuvieron 15 escaños cuando los pronósticos apuntaban a 20, la pérdida de impacto mediático de Pablo Iglesias, ahora en retirada; y, finalmente, la ausencia de un solvente programa político que represente a todos los simpatizantes le han cortado las alas al grupo".

Para el diario de Vocento, Iglesias tendrá que enfrentarse tarde o temprano a "una corriente de opinión interna muy crítica con él y con su equipo" que ha crecido en las últimas semanas tras el desplome que refleja el último barómetro del CIS y que adquirirá más fuerza aún si tras las elecciones catalanas y, sobre todo, tras las generales el partido no cumple con las expectativas que ha generado su cúpula directiva entre sus militantes.

Precisamente, a esa oposición interna y a todos los que hablan del declive de Podemos les ha lanzado Pablo Iglesias un mensaje en su primer acto público del nuevo curso político: "Nos vamos a dejar la piel. Algunos preferirían no jugar el partido y que el partido lo jugasen las encuestas", pero el objetivo sigue siendo "ganar".

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