El último año de la larga etapa de Juan Luis Cebrián al frente del Grupo Prisa se cerró como la mayoría de los anteriores: en números rojos. La compañía registró un déficit de 102,9 millones de euros que fue el 41% superior al del ejercicio anterior, algo que la cotizada atribuye al efecto contable negativo que supuso la venta de su filial portuguesa Media Capital al grupo francés Altice y al impacto sobre sus cuentas de la reforma de la Ley de Sociedades.
Estos resultados se corresponden con el período enero-diciembre de 2017. Es decir, se produjeron antes de la consumación de la operación de saneamiento de la compañía, que se ha completado durante las últimas semanas y que ha implicado una refinanciación de su deuda financiera y una ampliación de capital de 563 millones de euros que ha contado con el visto bueno de sus acreedores.
Según ha transmitido este martes el grupo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), sus ingresos disminuyeron el 1,2% durante el pasado ejercicio, hasta los 1.170 millones de euros. Su resultado operativo EBITDA mejoró el 0,5%, hasta los 207 millones de euros.
Una vez más, el motor de la compañía fue Santillana, una editorial que estuvo a la venta durante varios meses y que, finalmente, se mantendrá entre los activos del grupo. En 2017, aportó el 56% de los ingresos -656,2 millones de euros- y logró incrementar su facturación el 3,7%. Especialmente, gracias a la pujanza de los mercados latinoamericanos (+7,6%).
El peso de la deuda en Santillana
Cabe recordar que tras la firma de la última refinanciación de Prisa, se constituyó una sociedad denominada Holdco en la que están encuadrados los activos de Santillana. Esta empresa asumirá el peso del pago de la deuda financiera de la compañía.
Santillana es líder en cuota de mercado en España, Portugal, México, Argentina, Chile y Colombia; y segunda en Brasil. Prisa posee el 75% de sus acciones, mientras que el fondo de inversión Victoria Capital, el 25%.
Su buen rumbo contrasta con la falta de empuje del resto de los negocios de la compañía presidida por Manuel Polanco. Los ingresos de su división de radio cayeron el 6,8% durante 2017, mientras que los del área de prensa lo hicieron el 8,1%. Al igual que el resto de los editores de periódicos,
Prisa sufrió los efectos de la crisis del papel, como se puede observar en el descenso del 13,3% de su facturación por circulación de ejemplares.
