Editorial Prensa Ibérica -Javier Moll- anunció expedientes de regulación de empleo (ERTEs) sobre su plantilla pocos días después de que se iniciara el estado de alarma. Desde entonces, ha negociado con los representantes de los trabajadores de varios de sus diarios sobre la profundidad de este recorte y ha alcanzado pactos en algunos de ellos. No es el caso de El Periódico de Catalunya, donde las conversaciones entre las partes se han enquistado y actualmente se encuentran en punto muerto.
Fuentes del Comité de Empresa del rotativo catalán han explicado a Vozpópuli que la plantilla ha rechazado este miércoles la última propuesta de acuerdo que había planteado el grupo, que contemplaba una rebaja del 40% hasta el 30 de junio y un ERTE del 13% hasta el 31 de diciembre.
Los representantes de los trabajadores se habían opuesto a esta medida en la mesa de negociación, si bien elevaron una consulta a la plantilla para saber si debían modificar su postura. El resultado ha sido el siguiente: 72 empleados han rechazado el acuerdo, 45 han votado a favor, cinco abstenciones y dos votos en blanco.
Previamente -recuerdan estas fuentes-, la empresa había propuesto una rebaja del 50% de los sueldos hasta el 30 de junio (antes la empresa planteó 31 de julio) y un nuevo ERTE del 10% hasta el 31 de diciembre más un 3% de reducción extra durante ese periodo.
Malestar con los dueños
Hay que tener en cuenta que la redacción del periódico barcelonés ha sufrido varios expedientes de regulación de empleo (ERE) y tijeterazos salariales durante los últimos años, cuando su editora, el Grupo Zeta, estaba todavía dirigida por la familia Asensio.
El empresario Javier Moll adquirió hace alrededor de un año este negocio, después de obtener una quita de deuda de unos 70 millones de euros por parte de los bancos y entidades financieras acreedores. Entre ellos, se encontraban el Instituto Catalán de Finanzas y su homólogo valenciano, de titularidad pública.
Desde el Comité, han lamentado que los nuevos propietarios del grupo mantengan la misma actitud que los anteriores, quienes ante los embates económicos decidieron plantear diversos recortes a la redacción.
Reconocen que la situación económica es compleja, pero consideran que la propuesta de la empresa es excesiva y no garantiza que, en un momento en el que prima el teletrabajo, se produzca la reducción efectiva de horas que incluye el ERTE. Eso -apuntan- en el sector periodístico, por sus peculiaridades, es muy difícil.
Después del fracaso de la negociación y de la nueva votación de los trabajadores, los representantes sindicales afirman que la pelota está sobre el tejado de la empresa. Asimismo, recuerdan que, en caso de que no se produzca un acuerdo sobre el ERTE, se convocará una huelga en la redacción.
Durante las últimas semanas, han sido varios los grupos de prensa que han planteado medidas similares a sus trabajadores. Entre estas empresas, se encuentran Vocento, Joly, Henneo, Godó, Prisa y Unidad Editorial.