Televisión Española dejará la mayor parte de su prime time y de su programación vespertina en manos privadas a partir del próximo septiembre. El Consejo de Administración de la corporación ha aprobado este lunes un total de 8 contratos con productoras audiovisuales que costarán a las arcas públicas 21 millones de euros y que reducirán considerablemente la presencia en la parrilla de La 1 de los formatos de producción interna. Este hecho preocupa en Prado del Rey, donde intuyen que el descenso de la carga de trabajo de los cientos de empleados que se dedican a hacer programas puede hacer peligrar su puesto.
Los consejeros más críticos con el presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, le han trasladado en algunas ocasiones su preocupación por las similitudes que guarda su modelo de gestión de la televisión estatal con el que llevó a cabo en Telemadrid durante su etapa de director general. En esta cadena pública, también consintió el establecimiento de una clara línea pro PP en sus informativos y programas de debate, y fomentó los contratos con productoras audiovisuales. El resultado fue una muy notoria pérdida de audiencia a la que siguió el despido de 861 trabajadores. A la vista de este antecedente, en TVE han comenzado a alzarse las voces que advierten de que la situación de los 1.500 empleados que dependen directamente de la producción interna puede complicarse en los próximos meses.
Entre los productos cuya compra ha autorizado el Consejo de Administración de RTVE en su última reunión, celebrada este lunes, se encuentra el reality show Time Box (del Grupo Secuoya, afín al PP), una serie basada en la novela de Paloma Sánchez-Garnica La Sonata del Silencio, otra llamada Reinas -producida junto a la BBC británica- que versará sobre la relación entre Isabel I y María Estuardo; o dos programas, que se llamarán El Cuerpo y La Clínica, que tratarán sobre asuntos médicos.
El Mandato Marco de RTVE obliga a la televisión pública a realizar de forma interna el 60 % de los programas que emite La 1
El sector más crítico del máximo órgano gestor de RTVE -según ha podido saber Vozpópuli- ha lamentado que el presidente mantenga su firme apuesta por externalizar la parrilla, máxime después de haber comprobado durante 2015 que el público ha dado la espalda a formatos como La Alfombra Roja Palace, de José Luis Moreno; Jugamos en Casa, de Los Morancos; o Así de Claro, de Ernesto Sáenz de Buruaga. Este tipo de programas, además de no garantizar buenos datos de audiencia, son más caros, puesto que las empresas que los venden buscan un beneficio industrial -"como es lógico"- que no persigue la televisión pública.
"Está claro que es imposible que produzcamos las series destinadas al prime time con la cantidad de medios técnicos y humanos que requieren, pero, ¿por qué compramos a las productoras programas que se pueden hacer en los platós por el personal de la casa, como los concursos?", denuncian estos informantes, que recuerdan que el Mandato Marco por el que se rige RTVE, aprobado en diciembre de 2007, obliga a la corporación a realizar de forma interna el 60% “de la oferta generalista” y el 20% de los contenidos temáticos.
Según datos proporcionados RTVE, la producción interna de todos sus canales alcanza actualmente el 61,2 %. El total de producción propia en 2014 fue en generalista del 59,54%, en internacionales del 71,66 y en temáticas del 48,79. Fuentes oficiales de la casa descartan -al contrario que los informantes del Consejo- que las incorporaciones a la parrilla que tendrán lugar después del verano alejen a la televisión pública de los objetivos que fija el Mandato Marco.
La venta de los Estudios Buñuel
Pero la producción interna de TVE -y, por tanto, sus trabajadores- no sólo se ve amenazada por la proliferación de los programas ideados y grabados en el seno de las productoras audiovisuales, sino también por la escasez de estudios de grabación que afecta actualmente a la corporación, un hecho que es una consecuencia de los problemas técnicos que presentan estas instalaciones y de la mala gestión que se ha efectuado sobre los mismos en los últimos tiempos.
Fuentes del ente público concretan que, tras la venta de los emblemáticos Estudios Buñuel por 35,2 millones a la empresa Pryconsa, sólo hay disponibles dos naves para grabar programas. En los estudios 1, 2 y 3 se está trabajando para corregir su problema de amianto (el 2 está disponible, eso sí), mientras que el 10 y el 11 serán derruidos próximamente debido a que es más barato echarlos abajo (3 millones) que librarles de este material tóxico (13 millones).
En los próximos meses, los responsables de la corporación barajan alquilar dos nuevos estudios para poder realizar los programas de producción interna o mixta que así lo requieran, según avanzan fuentes del Consejo de Administración, que añaden que en el presupuesto correspondiente a 2016 se ha previsto casi un millón de euros para este fin. Ahora bien, la fórmula resultará bastante más cara de lo que puede parecer a priori, pues requerirá el desplazamiento de empleados y de equipos, que con toda seguridad hará que se dispare el coste previsto, estiman estos informantes.