Hace un par de días fue noticia una espeluznante imagen del fotoperiodista Santiago Palacios sobre la tragedia del Mediterráneo. Una foto impactante que se viralizó en todas las redes sociales por su forma desgarradora de contar una tragedia. En todas menos en Facebook. Como había carne y pieles desnudas la foto fue censurada por su algoritmo, incluso del perfil original de su autor. El mismo algoritmo que luego te felicita automáticamente por tu aniversario de amistad con tu primo segundo mediante gráficos MrWonderful.

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Esto es Facebook, un gigante construido a medida de la publicidad, las tonterías y el dinero, no de la información relevante o de sus usuarios. Tú no eres lo importante sino tu capacidad para generar riqueza a la marca con tus intereses, tus gustos o tus datos. Los 'likes' son la moneda con la que subastar a las marcas tus recuerdos. Y si no pones los suficientes no te felicitarán por ello.

Por eso Facebook vale hoy unos 300.000 millones de euros y tiene 2.000 millones de usuarios —20 millones en España— a la vez que ingresa 9.300 millones de dólares por publicidad al trimestre. Para que tu cuenta valga 150€ y sea la red favorita de negocios y emprendedores.

A pesar de todo 1 de cada 4 terrícolas lo usamos. Facebook es como esa reunión familiar impostada a la que nadie quiere ir pero a la que al final todo el mundo acude por miedo. Una cámara de eco que magnifica tu entorno sin proponer nada nuevo. Una obligación digital para no perderse el 'qué dirán' ajeno. Su fuerza es la masa y el miedo a no pertenecer a una mayoría de borregos. "Hoy tienes recuerdos con la oveja número 4, el carnero número 231 y el cordero 43".

Facebook es solo una cámara de eco que magnifica tu entorno sin proponer nada nuevo

Twitter sirve para linchar y decir todo lo que no podríamos hacer en Facebook porque mataríamos a nuestros familiares o amigos con ello. El postureo es aún más triste que en otras redes porque es con gente conocida. Mentimos a la gente que conocemos en Facebook y somos sinceros con desconocido en Twitter, y eso marca la gran diferencia.

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Borregos que no pueden construirse un timeline personal maleable con información actualizada. Que a la cabeza de sus actualizaciones se publica información caducada de hace un par de días. Que para alcanzar visibilidad tienen que competir por parecer que su vida sea más interesante que la del resto. Todo improvisación y falso albedrío controlado por un algoritmo muy oscuro, a medida del anunciante y de los que pagan por meterse en tu salón los primeros.

El gigante azul nació como una red para chismorrear sobre el mundo universitario donde los estudiantes podían calificar el atractivo físico del resto, una forma de cultivar la endogamia y el narcisismo que funciona siempre y es tan antigua como la vanidad y el ego. Pero ya ni eso.

En 2015 Zuckerberg se dio cuenta que los usuarios escribían cada vez menos, colgaban menos fotos y textos personales y se dedicaban más a compartir enlaces de medios. Para evitar la pérdida de esa esencia primigenia del cotilleo se privilegió la subida de fotos, vídeos personales y el texto manuscrito sobre noticias y enlaces. Y todo se fue al garete. Da igual a quién decidas seguir, hoy Facebook es la mayor colección de memes, chistes y videos virales de todo Internet. Y las marcas se mueren por hacerlos o salir en ellos. La única forma que tienen de dar visibilidad a otros contenidos.

La vida es eso que pasa mientras haces scroll en Facebook

Y es que el vídeo más visto de la historia de Youtube es —y probablemente sea siempre— un vídeo musical, pero el vídeo más visto de toda la historia de Facebook es uno que enseña a doblar bragas. 350 millones de personas lo han visto mientras su autor monetiza el éxito. La vida es eso que pasa mientras haces scroll en Facebook.

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Facebook es, además, una tortura para periodistas y agencias. Es imposible trazar las visitas que empiezan allí y acaban en tu medio. ¿De dónde viene ese tráfico? ¿Qué perfiles están compartiendo tu noticia? ¿Por qué esto es viral? Información que vale mucho dinero. Si no inviertes, publicas esos vídeos de bragas o haces trampas es imposible crecer con un medio pequeño. Esta anonimidad del espectador la aprovechan muchos periódicos para comprar tráfico que viene de Facebook. No importa la calidad de tus lectores, lo que importa es tener muchas visitas para luego vender más cara la publicidad de tu medio.

Si quieres ponerte al día en actualidad, no uses Facebook. Si quieres promocionar gratis un buen artículo, no uses Facebook. Si quieres usar un buen buscador, no existe en Facebook. Si quieres poner fotos de tus pezones (aunque seas hombre), no uses facebook. Si quieres colgar un cuadro de Modigliani, no uses Facebook. Si quieres saber cuándo cumple años el nuevo novio de tu ex... lánzate allí el primero.

El mejor día para eliminar desconocidos en Facebook es su cumpleaños. Gracias por eso, Zuckerberg.

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