El panorama político en España es tan aburrido que ni siquiera despierta interés social -y cuando lo hace, desde luego, no es por cuestiones relacionadas con el corazón-. En Francia, sin embargo, viven en una permanente historia de amor. Desde que hace unos días saltara la noticia del affaire entre el presidente Hollande y la actriz Julie Gayet no paran de sucederse las sorpresas. Apartamentos clandestinos, fotografías inoportunas, crisis nerviosas y hasta la mafia están creando un culebrón que ha conseguido que la delicada situación política francesa quede en un segundo plano. ¿Le costará el mandado a Hollande esta baraja de mujeres? ¿Podrá perdonar la sociedad el engaño del presidente? ¿Y su todavía pareja a día de hoy? Muchas incógnitas que trataremos de desvelar en la medida que podamos.
Mientras todavía se encontraba en campaña política, François Hollande declaró que Valerie Trierweiler era la mujer de su vida. La periodista, casada en su momento con el secretario de redacción de Paris Match, había entrado en la vida del futuro presidente gracias a su trabajo. Encargada de la crónica política para esta revista, Trierweiler intimó con el matrimonio Hollande hasta tal punto que se quedó prendada del político, que no dudó en romper su relación de casi treinta años con Ségolène Royal, madre de sus cuatro hijos. Royal, compañera de partido y candidata a la Presidencia antes que Hollande -perdió contra Sarkozy-, se convirtió en una peligrosa amenaza política, aunque tuvo que conformarse con ver como su ex marido se instalaba en el Elíseo con la mujer que había destrozado en su vida. Y por si faltaba poco, Trierweiler decidió apoyar públicamente al rival político de Royal, avivando la llama de la rivalidad entre las mujeres.
Visitas secretas en moto
En 2012, Hollande ganó las elecciones y Trierweiler se convirtió en la primera dama. Pese a que esta figura no existe en Francia, la consorte del presidente sí dispone de despacho propio en el Elíseo y un equipo personal a su servicio. Los medios franceses respiraron tranquilos al ver una pareja serena y madura dirigiendo el país, tras las polémicas que habían acompañado al mandato de Sarkozy. Pero no podían estar más equivocados. Mientras el pueblo le pedía a Hollande que no se casara con Trierweiler, este aprovechaba para visitar en secreto el apartamento de Julie Gayet, una guapa actriz francesa de 41 años. Gayet había conocido al presidente en un almuerzo informal y le encontró tan humilde y tan formidable que no dudó en aparecer en un vídeo promocional de su candidatura. En ese momento los rumores sobre una posible relación entre los dos empezaron a cobrar fuerza, pero no fue hasta la publicación de las famosas fotografías donde Hollande llegaba en moto a casa de Gayet cuando se confirmó el romance. Inmediatamente, Trierweiler entró en colapso y tuvo que ser hospitalizada. Gayet demandó a la revista Closer por vulneración de la intimidad. Y Hollande se enfrentaba al momento más duro de su carrera.
¿Qué consecuencias tendrá este affaire? Hay rumores que apuntan a que la filtración del romance viene desde el propio Gobierno.
¿Quién se acuerda ahora de la polémica que generó la subasta de unas fotografías de Carla Bruni desnuda? Cuando el romance entre el presidente Sarkozy y la ex modelo salió a la luz, el mundo se llevó las manos a la cabeza con tan solo imaginar la presencia de Bruni en el Elíseo. Top model, cantante, ex pareja de Mick Jagger, Eric Clapton o Vincent Perez, madre de un hijo con el profesor Raphaël Enthoven -al que conoció cuando mantenía una relación con su padre- y poseedora de una importante fama de femme fatale, Bruni tenía todo para ganarse la enemistad del pueblo francés. En aquel momento, Sarkozy estaba casado en segundas nupcias con Cecilia Ciganer, aunque ambos declararon a posteriori que su matrimonio estaba roto en el momento de la toma de posesión. Carla resistió a la tormenta, paseó su amor por medio mundo, grabó un disco en homenaje a su marido y se convirtió en la nueva Jackie O. del siglo XXI. Las fotografías donde Bruni aparecía desnuda, tomadas durante su carrera de modelo, llenaron los periódicos, pero al matrimonio poco le importó. Tuvieron una niña y Carla añadió el Sarkozy a su apellido. ¿Quién les iba a decir a los franceses que lo que iba a venir después sería mucho peor?
Ahora, mientras Hollande afirma ante 600 periodistas que su vida privada es cosa suya, mientras Trierweiler se recupera de su tristeza sometiéndose a una cura de sueño y mientras Ségolène Royal declara que no le interesa el folletín del presidente y que Francia tiene otros problemas mucho más importantes, la gente se pregunta: ¿Qué consecuencias tendrá este affaire? Hay rumores que apuntan a que la filtración del romance viene desde el propio Gobierno, tal vez influenciados por su amistad con Trierweiler, aunque también hay quien indica que se trata de un complot orquestado por el ex presidente Sarkozy. Royal ya ha dejado claro que no piensa hablar, ¿pero y la todavía pareja de Hollande? ¿Qué opinará cuando se recupere del shock? ¿Tendrá algún as guardado en la manga? Las cosas se oscurecen en el Elíseo.