La cantante ingresó en un hospital de Sevilla, el Infanta Luisa, el pasado miércoles. Los problemas de salud que padece se deben a la regulación del azúcar. Una nefropatía diabética es la causante de que Pantoja tuviese que acudir al centro hospitalario el mismo día que debía regresar a prisión.
La mañana de este martes día 11 podría haberle sido concedida el alta, pero los médicos han diagnosticado que si su estado continúa empeorando, el riñón podría quedar gravemente dañado, llegando incluso a precisar de una diálisis o de un trasplante incluso. Ante esto, se ha decidido que su permanencia en el hospital Infanta Luisa debía continuar, lo cual ha alargado su permiso penitenciario a siete días más.
La Junta de Tratamiento de la cárcel ha aprobado este permiso extraordinario, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a través de un comunicado, y con posterioridad ha llegado la aquiescencia del tribunal, que ha contado con el beneplácito del fiscal, quien considera justificada y necesaria la prolongación de este permiso, informa Efe. Asimismo, la juez ha valorado los datos aportados por el médico forense, que sostiene que la cantante debe continuar hospitalizada al menos siete días más. El permiso se extiende hasta el próximo 18 de agosto, aunque si obtuviera el alta médica antes de esa fecha, la cantane debería volver inmediatamente al centro penitenciario.
¿Una estrategia?
Isabel no tiene por qué agotar al completo este plazo extraordinario, es decir, que no tiene por qué estar en el hospital durante los siete días. Podría regresar a prisión el miércoles 19, por ejemplo. Algunas personas ya hablan de estrategia, puesto que el segundo permiso le fue concedido el jueves 30 de julio y finalizaba el miércoles 5 de agosto. Un día antes, justo, entraba en la clínica y hoy, que debía salir, le han ampliado siete días más, que de amortizarlos al completo sumarían veinte días de ‘libertad’.
Además de estar con las enfermeras y con los allegados que ella ha escogido, la juez, al conceder el permiso extraordinario, también ha retirado la vigilancia bajo la que debía estar en el sanatorio la intérprete. Durante la primera quincena de septiembre podría obtener el tercer grado. Si el hospital va solicitando la ampliación de dicho permiso, Pantoja podría empalmar con la concesión de este grado penitenciario.
Pero Isabel no es la única que tiene ‘vaivenes’ relacionados con la salud y la cárcel. El que fue su pareja, Julián Muñoz, accedió la semana pasada a un régimen de semilibertad por su “corto” pronóstico de vida, pero ahora, La Fiscalía se opone a su tercer grado alegando que su enfermedad no es terminal.